México

La 'cariñoterapia' puede ser la mejor medicina, afirma el Papa

El sacerdote argentino destacó la importancia del afecto en los procesos de recuperación

La 'cariñoterapia' puede ser la mejor medicina, afirma el Papa
CIUDAD DE MÉXICO (15/FEB/2016).- En medio de muestras de afecto, el Papa Francisco visitó el Hospital Pediátrico “Federico López” en la Ciudad de México y agradeció a todas las personas que laboran ahí, ya que no sólo dan medicamentos a los pequeños enfermos, sino que además los ayudan con “la cariñoterapia”.

Francisco estuvo acompañado por la primera dama, Angélica Rivera, durante su visita al nosocomio, donde saludó a los pequeños enfermos, muchos de ellos de cáncer.

Agradezco “a todas las personas que no sólo con medicamentos sino que con ‘la cariñoterapia’ ayudan a que este tiempo sea vivido con mayor alegría", dijo el Papa en un breve discurso.

“Agradezco a Dios la oportunidad que me regala de poder venir a visitarlos, de reunirme con ustedes y sus familias en este hospital. Poder compartir un ratito de sus vidas, la de todas las personas que trabajan como médicos, enfermeras, miembros del personal y voluntarios que los atienden”.

A los niños, doctores y enfermeras del centro, Francisco les contó cuando Jesús en el templo se encuentra con un anciano llamado Simeón y que provoca en él dos cosas: “un sentimiento de agradecimiento y las ganas de bendecir”. Señaló: “Yo acá (y no sólo por la edad) me siento muy cercano a estas dos enseñanzas de Simeón”.

Francisco agradeció “el esfuerzo de tantos que están haciendo lo mejor para que puedan recuperarse rápido (…) Es tan importante sentirse cuidados y acompañados, sentirse queridos y saber que están buscando la mejor manera de cuidarnos”.

Antes de marcharse, el Papa regaló al hospital un fresco sobre tabla del maestro Franco Fontanella.

Tiempo para cada niño internado


Durante su recorrido por el Hospital Infantil, el Papa Francisco no sólo habló de “cariñoterapia” sino que la aplicó.

El Pontífice pasó cerca de una hora saludando, uno a uno, a los 38 niños enfermos del hospital. Los niños le abrazaban, no le querían soltar y Francisco tenía una palabra y una caricia para cada uno.

Incluso, Francisco fue el encargado de dar la vacuna contra la polio a uno de los infantes, de nombre Rodrigo; y una niña, enferma de cáncer, le cantó el Ave María de Schubert en latín, interpretación que recibió múltiples aplausos.

Antes de retirarse, el Papa también tocó la campana que es replicada cada vez que un niño se cura y sale del hospital.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando