México
La capacitación: ¿Inversión o gasto?
Siempre que una crisis se presenta, en las empresas y en las instituciones se apresuran a dar la orden de que se cancelen los presupuestos de promoción y de capacitación
Tal y como sucede en la actualidad, particularmente en las áreas de comunicación social de las dependencias públicas, aunque en éstas por razones muy diferentes, ya que las campañas políticas ya están aquí, no la institucionales, sino las de “mantenimiento” de la imagen de los que son y pretenden seguir siendo, siempre y cuando sea a costa del erario, los cuales no suelen escatimar recursos con tal de mantenerse a la vista del electorado a como dé lugar.
Todo esto viene a cuento por la similitud de perfiles que existe entre ambas actividades —la promoción y la capacitación—, la segunda de las cuales se debe de cumplir por ley, aunque debiera ser por mera prudencia, y si me apresuran, por conveniencia; no obstante, casi siempre es “regateada” por quienes deberían de proporcionarla, lo que termina por ocasionar lo que hoy tenemos: baja productividad, baja calidad —afortunadamente no en todo—, mal servicio, mucha pobreza y riqueza concentrada en unas cuantas manos.
De ahí la importancia del exhorto del Rector de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Antonio Leaño Reyes, para trabajar en pro de un desarrollo integral de las personas, cuando la semana próxima pasada inauguró el Encuentro de Profesionales de la Capacitación, en nuestra ciudad, al que acudieron más de 850 expertos de varias especialidades, mismos que pudieron disfrutar de un verdadero “banquete” de lo que implican estos menesteres, haciendo hincapié no sólo en lo que ello significa desde el punto de vista empresarial, esto es, de productividad, sino incluso algo más trascendente como lo es el desarrollo integral de las personas, el cual, cuando se logra, significa un gran beneficio para sí mismo, su familia, su fuente de trabajo y para la sociedad en que se desenvuelve.
Otra de las participaciones del Encuentro que me llamó la atención, fue la del delegado federal del Trabajo, Jaime Zúñiga Hernández, quien redondeó las interesantes contribuciones de la jornada, al dejar en claro que sólo con una capacitación permanente se puede aspirar a alcanzar la calidad necesaria para tener un país mejor, dado que ésta se ha convertido en un factor estratégico; y para no quedarse atrás, también lanzo una invitación para no permitir que la delincuencia se apodere de México.
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