México

La cacería de sicarios

La nueva oleada de violencia que se vive en el territorio mexicano, es producto del reacomodo de fuerzas entre los grupos del narcotráfico y las alianzas que han surgido entre éstos

La nueva oleada de violencia que se vive en el territorio mexicano, que comenzó en Tamaulipas y Sinaloa, y que hoy tiene convulsionado también al Estado de Guerrero, es producto del reacomodo de fuerzas entre los grupos del narcotráfico y las alianzas que han surgido entre éstos —cártel del Pacífico y cártel del Golfo— con una intención muy clara y definida: aniquilar al grupo de sicarios de “Los Zetas”.

El cártel comandado por Heriberto Lazcano “El Lazca” y formado en su origen por soldados de élite que formaron parte de los Grupos Anfibios de Fuerzas Especiales (GAFES), capacitados por el Ejército y adscritos en 1996 al Instituto Nacional de Combate a las Drogas, de donde fueron despedidos y un grupo de ellos se puso al servicio del cártel del Golfo, es hoy objeto de una auténtica cacería que busca sacarlos de las plazas que controlaban y terminar con su organización.

Si bien la guerra de exterminio contra “Los Zetas” comenzó en Tamaulipas y Nuevo León, y fue lanzada por Joaquín “El Chapo” Guzmán y por el líder del Golfo, Ezequiel Cárdenas, la persecución comienza a extenderse y tiene otros efectos: el cártel de los Beltrán Leyva, antiguos aliados de “Los Zetas”, sufre también el embate, y plazas como Acapulco se convulsionan por las matanzas y enfrentamientos. El problema en Acapulco es que Edgar Valdez Villarreal “La Barbie”, quien controlaba el puerto guerrerense para los Beltrán, se alió de nuevo a “El Chapo”, su antiguo jefe, y se desató una disputa por la plaza.

En el Gobierno federal tienen claro que los reacomodos y las alianzas entre distintos cárteles tendrán todavía efectos de violencia mayor en otras zonas del país, hasta donde se trasladarán las guerras contra “Los Zetas” y los Beltrán. El problema es que esas guerras, más allá de las luchas entre narcos, siguen afectando a población civil, no sólo por personas que mueren en los fuegos cruzados en las calles, sino porque los enfrentamientos, que ocurren en la vía pública sin que la autoridad haga nada para evitarlos, han paralizado literalmente a ciudades enteras en Tamaulipas y Nuevo León.

De lo que resulte de este baño de sangre entre los grupos del narcotráfico, lo que puede quedar es un mega-cártel dominante, que sería el del Pacífico, y una figura como la de “El Chapo” Guzmán, que se vuelve el gran controlador del negocio del tráfico de drogas en la mayor parte del territorio mexicano y en prácticamente todos los puntos fronterizos por donde pasa la droga mexicana y sudamericana hacia los Estados Unidos. Es decir, éste sería el sexenio de “El Chapo”.

NOTAS INDISCRETAS…
Ayer (lunes), agentes especiales del FBI llegaron a Ciudad Juárez para participar en las investigaciones del asesinato de tres ciudadanos estadounidenses que trabajaban en el consulado americano de esa ciudad. No es la primera vez que miembros del FBI llegan a Juárez para buscar esclarecer crímenes, hace unos años llegaron a colaborar para aclarar las muertes de mujeres mexicanas. El feminicidio no se detuvo en esa frontera con todo y el FBI ¿será que con sus paisanos sí se aplican? Otra Escalera de los dados. Buen arranque.
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