México

‘‘La bronca no es con ustedes’’

La licitación hubiera pasado desapercibida, de no ser porque la empresa de Emilio Azcárraga Jean formaba parte del consorcio ganador

¿Alguien le hubiera prestado la mínima atención a una cosa que se llama “licitación número 21 de la banda de 1.7 gigahertz para servicios de telefonía móvil de tercera generación” si el ganador hubiera sido Nextel solito, sin estar asociado con Televisa? No hubiera merecido más de un párrafo en las secciones financieras de los periódicos y algún comentario de 20 segundos en los programas especializados de la radio y la televisión.

Pero como Televisa figuró en el consorcio vencedor, el fallo se volvió noticia de primera importancia para los sectores de la prensa y la política que destellan animadversión a la televisora, muchos de ellos sometidos a los intereses empresariales que no le temen a Nextel, pero sí a su sociedad con Televisa, pues juntos tienen un peso económico que los vuelve real competencia en una rama de la industria donde no están precisamente acostumbrados a tener a nadie, a ni un competidor de verdad enfrente.

Además, en una doble maniobra que se presta a las sospechas, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes citó solamente a Nextel —y no a Televisa— para darle físicamente los papeles firmados del título de la concesión: lo hizo “en lo oscurito”, el 1 de octubre, cuando el proceso estaba severamente impugnado y no había sido resuelto de fondo por el Poder Judicial, lo que dejaba vulnerable política y legalmente el fallo de la licitación. La segunda maniobra fue al día siguiente, el 2 de octubre, cuando la dependencia a cargo de Juan Molinar citó a conferencia de prensa para explicar los alcances de la entrega de la licitación; a ese encuentro con los medios no invitó a Televisa, sino solamente a Nextel.

El mensaje fue claro: “La bronca no es con ustedes, es con Televisa”.

Y en efecto, la licitación hubiera pasado desapercibida, de no ser porque la empresa de Emilio Azcárraga Jean formaba parte del consorcio ganador. A partir de ahí se tejieron todas las teorías sobre las supuestas verdaderas motivaciones para que el fallo fuera favorable a Televisa-Nextel, muchas de ellas auspiciadas y motivadas desde voces periodísticas y políticas con vínculos innegables, pero no públicos ni confesados, con Telcel, que resultaría el mayor afectado de generarse una real competencia en el sector de las telecomunicaciones.

En los sistemas de televisión por cable o vía satélite, todos los días los canales de “señal abierta” se ven enfrentados a la competencia de cuando menos otros 100 canales, y siguen teniendo los máximos niveles de audiencia. Esto quiere decir que, en la era digital, no importa tanto el número de canales como lo que estos ofrecen. Y además la tercera cadena de televisión (o cuarta), por la razón natural de una mayor demanda, mejoraría seguramente los sueldos de muchos compañeros técnicos, camarógrafos, conductores, periodistas, analistas y demás que trabajan en la industria. Que dejen de amagar con la tercera cadena, que la echen ya. Les van a faltar... contenidos.
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