México
''La alegría ya viene''
Cada vez más ciudadanos de esta metrópoli son ''opositodos'' que se interesan y comprometen con el futuro de la ciudad. Cada vez más autoridades escuchan
Ganaron estos “opositodos” que durante años se negaron a vivir en una dictadura. La victoria del NO recuperó y fortaleció la institucionalidad democrática con positivos y ejemplares frutos.
Guardando las debidas proporciones, este hecho sirve para explicar la situación local en torno a proyectos urbanos gubernamentales que como la Vía Express o la ciclovía Lázaro Cárdenas entre otros, han encontrado oposición entre diferentes expresiones de la ciudadanía organizada.
La vía Express, un proyecto impulsado por el Gobierno del Estado, ha sido analizado y rechazado por muchas organizaciones ciudadanas, empresariales, de vecinos y académicas.
En el proceso, estas organizaciones han establecido diálogo y acuerdos sobre el futuro de la ciudad identificando aquellas visiones compartidas. En el caso local, decir NO a la vía Express representa la posibilidad de construir y consensuar a partir de acuerdos, planear el futuro de nuestra ciudad desde el territorio fomentando la participación ciudadana.
La negativa no es solo a una obra vial, sino a una forma de entender la ciudad, es un no a las cicatrices que generan las autopistas urbanas rompiendo el tejido social, es un no a la “dictadura del auto”, pero es un Si a una visión a futuro que asuma la relevancia del desarrollo urbano sustentable en corredores estratégicos para la ciudad como Av. Inglaterra, es un Sí a nuevas formas de desarrollo económico y social.
El caso del camellón de Lázaro Cárdenas entre el mercado de abastos y el Álamo donde se pretendía construir una ciclovía y un parque, es otro ejemplo de un NO. Después del análisis y rechazo a este proyecto las organizaciones sociales del Consejo ciudadano de movilidad no motorizada de Guadalajara, el alcalde Aristóteles Sandoval ordenó detener la obra.
Interesado en el tema, hizo un recorrido a la zona con miembros del consejo y constató las razones de la negativa: peligro para los usuarios por ser una vía de alta velocidad, problemas de contaminación que afectaría a la salud de los usuarios, índice de ruido superior a las normas y una inversión en infraestructura innecesaria y costosa.
Juntos acordaron trabajar desde el espacio del Consejo en las obras que podían ser adecuadas para la zona y estudiar las obras que en el marco del Plan de Movilidad Urbana no Motorizada se podrían llevar a cabo.
El NO a un proyecto que se demuestra técnica, social y económicamente inviable, es un SI a una redistribución de las prioridades para aprovechar adecuadamente los recursos públicos y beneficiar a más tapatíos.
Cada vez más ciudadanos de esta metrópoli son “opositodos” que se interesan y comprometen con el futuro de la ciudad. Cada vez más autoridades escuchan. “La alegría ya viene”.
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