México

La Revolución contra el narcotráfico

Por Nauhcatzin T. Bravo Aguilar

GUADALAJARA, JALISCO.- En el 98o. aniversario de la Revolución Mexicana, Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación dijo que luchar contra el narcotráfico era una forma de honrar los ideales revolucionarios. Textualmente, el nuevo titular de esa oficina estableció: “Hoy México enfrenta una lucha inédita en contra de aquellos que desafían el Estado de derecho, son delincuentes que cobardemente corrompen, amenazan y envenenan a nuestra juventud; combatirlos y derrotarlos significa honrar también los ideales revolucionarios”.

La prevalencia del Estado de derecho, a decir del titular de la Secretaría de Gobernación, es lo que identifica los grandes ideales revolucionarios con el combate al narcotráfico. La correlación establecida como punto para honrar los ideales revolucionarios habla de alguna forma de la reducción de dichos ideales en el México contemporáneo.

Los ideales revolucionarios, forjados en algunos casos en el curso mismo del movimiento social, fueron piedra fundamental del México pos revolucionario. El paso del tiempo y la creciente relativización del concepto de soberanía nacional en diferentes rubros, entre otras muchas cosas, han hecho que muchos de esos ideales se hayan matizado, otros se hayan dejado de lado y otros muchos simplemente se hayan perdido.

Honrar los ideales revolucionarios hoy día tal vez debería pasar por principio de cuentas por establecer cuáles de ellos se han realizado, cuáles están aún vigentes y son susceptibles de realizarse, y cuáles otros han perdido en los hechos esa calidad. La nación mexicana que surgió de ese gran movimiento social fue en su momento un proyecto plasmado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. Sin embargo, a casi una centuria del movimiento y a nueve años del primer centenario de dicha Carta fundacional, la misma ha sido objeto de un número formidable de reformas, más de 450 han modificado su contenido. La Constitución de 1917 no es más aquella que se promulgó en Querétaro aquel año y el proyecto de nación que entonces se estableció en virtud de los ideales de la Revolución ha cambiado expresamente en el propio documento fundacional.

Sin duda, la lucha que hoy encara el Estado mexicano contra el narcotráfico es de tal dimensión que hasta los ideales revolucionarios son una buena bandera para llamar a combatirlo. Sin embargo, en el más sano ejercicio de reflexión, si la exaltación discursiva de dichos ideales fuera acompañada de las acciones necesarias para hacerlos efectivos, la realización de anhelos revolucionarios como la igualdad, la libertad y la justicia social podrían efectivamente constituir un dique a flagelos como la delincuencia organizada.

nauhcatzin@gmail.com
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