México
La Marina al ataque
Claro que es cierto que si la sociedad no colabora para transformar el país las cosas empeorarán, de eso no le cabe duda a nadie
Claro que es cierto que si la sociedad no colabora para transformar el país las cosas empeorarán, de eso no le cabe duda a nadie. Sabemos que un porcentaje importante de ciudadanos está implicado, directa o indirectamente, con la delincuencia organizada, que sus familias o los protegen o los desprecian pero difícilmente los denunciarán. Sin embargo ¿qué pasa con quienes sí colaboran con la autoridad? Y ¿con qué autoridad?
Porque cualquiera que haya hablado con agentes de diferentes organismos de seguridad sabe que la primera recomendación es no confiar en las autoridades locales. ¿Y las federales? Tres casos se han documentado en que las llamadas a los números de emergencia de Procuraduría General de la República (PGR) fueron escaneadas por narcos locales. Además tenemos a reporteras desaparecidas por cubrir casos que ninguna Policía quiso mirar, a periodistas asesinados por investigar nexos entre autoridades y delincuencia organizada.
Sabemos que hay miles de casos en que la sociedad sí ha colaborado, y aunque algunos se han resuelto, la mayoría siguen sin ser investigados y la gente siente pánico de pensar que alguien descubra quién denunció. Nadie en su sano juicio puede creer que el problema de la violencia social es responsabilidad única de la autoridad, sin la participación de millones de personas en la cadena alimenticia del crimen difícilmente sobrevivirían los malos en este país. Quienes compran productos pirata, colaboran; quienes compran drogas, quienes dan mordidas, quienes venden el padrón electoral desde una instancia gubernamental, colaboran; quienes desde los partidos políticos postulan a delincuentes, colaboran.
Lo cierto es que el secretario de la Marina es uno de los pocos representantes del Estado que tiene calidad moral para pedir acción ciudadana, sin embargo carece de un instrumento de protección para recibir esa ayuda, no puede esperar que la gente confíe en la PGR. Si nuestra realidad exige que sean la Marina y grupos especiales del Ejército los únicos capaces de perseguir a los altos mandos del poder criminal, entonces tendrán que reinventarse esas instituciones, aunque los legisladores harán todo por frenar la propuesta. La pregunta es si en realidad el almirante tendría el poder de arrestar y llevar a juicio a candidatos y políticos de todos los partidos, que a través de las urnas llevan consigo la misión de las mafias. Eso se preguntaron las niñas sobrevivientes de trata sexual en Veracruz, donde Saynez hizo su llamado junto a Calderón.
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