México

La Declaración Mexicana de los Derechos Telcel

O Nextel, o Iusacell, o Movistar, pero sobre todo Telcel, por ser la compañía que, por antigüedad, más ha hecho rabiar a los mexicanos

O Nextel, o Iusacell, o Movistar, pero sobre todo Telcel, por ser la compañía que, por antigüedad, más ha hecho rabiar a los mexicanos. Ya como la ciudad, los diputados, las escuelas y los burócratas están de vacaciones, ¿por qué no trabajar en una declaración de principios, un documento ideológico, un pliego de derechos relacionados con el aparato diabólico que mantiene conectado al país e impide que la gente tome descansos como es debido? ¿O a poco le funciona bien en la playa? ¿Y sabe cuánto está gastando en la montaña?

La idea no es nueva. Hay un debate técnico, serio e incomprensible, en el área de telecomunicaciones, y hay otro debate, mucho más terrenal y pedestre e infinitamente más importante, que tiene que ver con el maltrato a los usuarios de la telefonía celular, aquí y en China, en Jalisco y en San Francisco.

De hecho, mientras usted alarga sus mañanas en estos días de asueto, hay activistas del celular que llenan el ciberespacio con pliegos petitorios y exigencias que se hacen acompañar de algunos piensos más formales de periodistas y académicos.

En Washington, el próximo viernes 2 de abril, habrá una conferencia organizada por “Slate” (un extraordinario diario digital que marca tendencias de opinión) y “The New America Foundation” para discutir el deplorable estado de la telefonía celular en los Estados Unidos, y no sería mala idea enviarles un detallado listado de las broncas que tenemos aquí: cobros incomprensibles, contratos leoninos y lo peor de todo: incompatibilidad entre compañías (yo tengo un Telcel para mis amigos Telcel, un Iusacell para mis colegas Iusacell, me hace falta un Movistar para la larga distancia y un Nextel para que me hablen como si fuera fijo. Dioses).

Los periodistas Farhad Manju y Tim Wu lideran las discusiones en San Francisco y en la capital del país del Norte, con preguntas que van desde la calidad de la voz en el teléfono (¿Me escuchas? No, soy yo. Vuelve a marcar. No, no te entiendo, márcame al fijo en una hora. ¿Qué? Que no te escuchoooo) hasta el papel del Estado en la rectoría de las telecomunicaciones y el diseño de políticas públicas que alienten la competencia. Alguien tiene que inhibir y castigar los abusos de America Movil.

Algunos de los puntos que han señalado como derechos básicos de los usuarios de celular tendrían que verse como peticiones ridículas si no fuera porque son trágicas. Por ejemplo: antes que nada, el “homo móvil” tiene derecho a entender la factura. ¡No se rían! Ustedes tampoco la entienden, no se hagan, y no se diga si el cobro es a través del prepago. Una tarjeta pagada es la puerta de entrada a una caja negra que oculta minutos de dos segundos y secretos financieros imposibles de desentrañar.

¿Verdad que es impostergable la discusión? Urge. Urge elaborar la lista nacional de deseos para hacer la Declaración Mexicana de Derechos Telcel.
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