México

Jóvenes encuentran poco redituable asistir a la escuela

Muchos jóvenes pierden el intéres por el estudio y otros prefieren divertirse mediante el quebrantamiento o trasgresión de ciertas reglas establecidas

CIUDAD DE MÉXICO.- Un análisis sobre la deserción escolar en Latinoamérica revela que los jóvenes no asocian más estudios con mejores salarios.
— ¿Por qué estudias? —preguntó.
— No pus quiero ganar mucho dinero sin tanto esfuerzo.
— Pero pus si yo no estudié y yo na’más no sé… superviso las obras, veo que las hagan bien y sin hacer nada estoy ganando buen dinero.

— No pus sí es cierto, uno esforzándose para salir adelante y otros nomás por saber pegar un tabique bien y ya.
Esta plática entre Emilio, de 17 años, y un amigo suyo que es maestro de albañilería refleja la percepción que la juventud no sólo mexicana, sino de América Latina, tienen sobre la educación.

“Más años de escolaridad y buenas calificaciones no alterarán significativamente sus oportunidades laborales y tampoco parecen necesarias para el tipo de trabajo al que accederán”, dice Gonzalo A. Saraví, especialista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) de México, en un artículo titulado “Juventud y sentidos de pertenencia en América Latina: causas y riesgos de la fragmentación social”.

El texto, publicado en la Revista de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) de agosto, señala que al mismo tiempo otra de las instituciones en descrédito para los jóvenes es el trabajo, especialmente para los de mayor desventaja y vulnerabilidad.
“Las expectativas que depositan en el trabajo comienzan a diluirse rápidamente en el curso de los primeros años de experiencia laboral, puesto que a causa de su juventud las condiciones de los primeros empleos tienden a homogeneizarse: sin grandes diferencias ni contrastes, la precariedad tiñe todo el mercado de trabajo juvenil”.

No obstante, a medida que pasan los años, los jóvenes en mejor situación suelen avanzar a mejores empleos, mientras que los que concentran más desventajas quedan en el rezago en un sector del mercado de trabajo caracterizado por la inestabilidad y los bajos ingresos.

“Lo que para unos será un recuerdo del inicio de su carrera laboral, para otros se convertirá en un rasgo permanente de su experiencia en este ámbito”.

Siempre hay alternativas

El especialista identifica que “las opciones para los jóvenes más desfavorecidos no se agotan dentro del mercado laboral; así como el trabajo aparecía inicialmente como alternativa al sinsentido de la escuela, ahora surgen alternativas al sinsentido del trabajo: migración, evasión, criminalidad, todas formas de una situación común de exclusión”.

El análisis revela que en la región, más de la mitad de los jóvenes de 20 a 24 años no completa los 12 años de educación, el mínimo de escolaridad que hacia fines de los años 90 la Cepal consideraba necesario para evitar la pobreza.

La deserción escolar se presenta por la necesidad de trabajar ante carencias económicas y por crear un sentido de identidad, pero también y en el mismo porcentaje (casi 23%) por la pérdida de interés en estudiar, especialmente en sectores pobres, dice Saraví.
Un estudio del Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina (Siteal, 2007) concluye preguntándose si los jóvenes “interrumpen sus trayectorias educativas porque necesariamente deben salir a trabajar, o (si) será que se inclinan por el mundo laboral luego de percibir que la escuela no cubre sus expectativas o simplemente los excluye”.

El aburrimiento

Saraví expone entrevistas a jóvenes mexicanos de sectores desfavorecidos, quienes aseguran sentir aburrimiento (pérdida de interés por el estudio) y ánimos de “desastre” (formas de diversión mediante el quebrantamiento o trasgresión de ciertas reglas establecidas)
Detrás del aburrimiento, el especialista reconoció sensaciones tales como impaciencia, abulia, pérdida de tiempo o estar sin saber para qué.

“No se trata de un hacer que resulta aburrido, sino de una finalidad no valorada que de alguna forma justifica el aburrimiento. La idea de tedio transmitida por los jóvenes se refiere sobre todo, aunque no exclusivamente, al sinsentido del hacer y estar (en la escuela)”.
El aburrimiento expresado revela la percepción de que la escuela es incapaz de generar transformaciones, de dejar una huella en su formación como sujetos.

Según las investigaciones de Gonzalo A. Saraví, una situación similar ocurre cuando los jóvenes por fin encuentran un empleo, pues hacen recurrentes referencias al hecho de que en su trabajo no es posible crecer, desarrollarse o avanzar, lo que los mueve a cambiarse y buscar nuevos empleos, en los que afrontan la misma frustración.

Muchos otros describen esta experiencia laboral en términos de aburrimiento. Tal como sucedía con la escuela, el aburrimiento expresa ahora la pérdida de sentido del trabajo.

Este tipo de fenómenos se replica en el continente según el texto, pues un estudio sobre las transformaciones ocurridas en los últimos 30 años en barrios pobres de Brasil, señala que luego de observar el subempleo y desempleo de amigos y hermanos mayores que permanecieron por más tiempo en la escuela (estos jóvenes) concluyen que la educación no tiene sentido.

Más años de escolaridad y buenas calificaciones no alterarán significativamente sus oportunidades laborales y tampoco parecen necesarias para el tipo de trabajo al que accederán. Gonzalo A. Saraví,
especialista del CIESAS.

¿Los jóvenes interrumpen sus trayectorias educativas porque necesariamente deben salir a trabajar, o se inclinan por el mundo laboral luego de percibir que la escuela no cubre sus expectativas? Estudio del Siteal

Ocupados y desocupados

LAS CIFRAS DEL EMPLEO

43 millones 344 mil 281 personas mayores de 16 años están ocupadas en todo el país, según datos del Sistema Nacional de Información, Estadística y Geográfica (SINEG) del segundo trimestre de 2009.
2 millones 949 mil 253 el número de personas mayores de 16 años ocupadas en Jalisco hasta el segundo trimestre del año en turno.
33 millones 008 mil 979 la cifra de la población no económicamente activa en todo el país. En Jalisco la cifra es de un millón 827 mil 354 y la cantidad de desocupados en la Entidad es de 111 mil  869 personas.
640 mil 111 personas mayores de 16 años han abandonado su empleo en todo el país. 54 mil de ellos lo han hecho en Jalisco.
FUENTE: SINEG, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
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