México
Igual que un reloj
Hace unos días, el secretario de Salud federal José Angel Córdova Villalobos informó que en México mueren cinco mil 100 mujeres a causa del cáncer de mama
Por esa razón me permití hacerlo y traer una de las anécdotas más complicadas para una mujer: “sentía que era una situación patética, teniéndole que pedir a una amiga que me compre un bra para una mujer sin seno.
Esto es una pesadilla, pero no me despierto. Tenía en las manos prendas especiales con bolsas para los drenajes de las heridas, para simular senos y disminuir las molestias de la operación. Me sentí muy triste y, sí, avergonzada de mi propio cuerpo y de la mutilación que iba a sufrir”.
Se trata de uno de los intensos relatos que hace Felicia Marie Knaul en su libro “Tómatelo a pecho”. Esta mujer, maestra y doctora en economía por la Universidad de Harvard y esposa del ex secretario de Salud federal, doctor Julio Frenk Mora, describe su relación con el cáncer de mama y como al
margen de la posición económica y social, vivió, sintió y sufrió ante una enfermedad así.
El mismo dolor, la misma ausencia, las interrogantes, el incomprendido enojo y al final, la esperanza de una vida, aunque no todas las mujeres terminan igual.
Hace unos días, el secretario de Salud federal José Angel Córdova Villalobos informó que en México mueren cinco mil 100 mujeres a causa del cáncer de mama y se diagnostican entre 14 a 16 mil casos al año. Es decir, casi cada dos horas fallece una mujer en el país por esta enfermedad.
Así, mientras unas buscan la manera de agrandar sus senos -hasta ahorran o piden préstamos para la cirugía- otras, lamentan y lloran la inexplicable forma que les arrebató lo que algún día alimento a un hijo o adornó el escote de un vestido.
Y no hay más: el cáncer de mama no se previene, se detecta a tiempo y la diferencia entre la vida y la muerte, por más simple que parezca la respuesta es, iniciar con la autoexploración. Es fácil, más de lo que nos imaginamos. La cuestión es querer y hacerlo.
En el libro, “Todas las respuestas sobre el cáncer de mama” la autora Carmen T. Morán, explica que podemos imaginar la mama igual que un reloj, al poner la mano a las “12 en punto”.
Presionar con los dedos, suavemente, con movimientos circulares y luego recorrer toda la mama, en el sentido de las agujas del reloj, deteniéndose en cada “hora” para realizar movimientos circulares, delicados.
También con las yemas de los dedos se explora en sentido vertical, de arriba hacia abajo. Por último hay que apoyar las yemas de los dedos sobre el pezón y, con movimientos circulares, recorrer la mama en todos los sentidos, llevando los dedos hacia afuera.
¿Cuál es la complicación de este ejercicio? La dificultad somos nosotros. Nos alejamos cada vez más de salud para instalarlos en la antesala del olvido y la incertidumbre.
Punto Final: “Yo estoy aquí y sigo siendo yo, y mi vida continúa”, frase de labios de una mujer que padece cáncer de mama.
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