México
Huir de México
¿Son cobardes o víctimas de la ausencia de Estado?
Una nueva forma de migración —mucho más elitista y selectiva, pero al final migración— ocurre desde hace meses en varias zonas del Norte del país, especialmente en estados fronterizos. La violencia del narcotráfico, la inseguridad pública y el desgobierno en el que se vive en esas entidades, está expulsando a familias enteras de mexicanos que han cambiado su residencia y sus actividades a varias ciudades de los Estados Unidos.
Es un éxodo que tiene en los empresarios, políticos y familias acomodadas a la mayoría de sus integrantes que dejaron las colonias residenciales de Monterrey, Tampico, Saltillo, Juárez, Torreón o Reynosa, entre otros lugares, para marcharse a ciudades como McAllen, Mission, San Antonio, Laredo o El Paso, que viven un boom económico e inmobiliario por esa creciente migración de mexicanos que no van precisamente a buscar trabajos de jardineros, albañiles o domésticas, sino que llevan con ellos sus fortunas y su modo ostentoso de vida.
Muchos empresarios regios han optado por sacar a sus familias de la Sultana del Norte y, huyendo de la violencia y el caos, han llegado a desarrollos inmobiliarios de McCallen o San Antonio.
A ese fenómeno no escapó el propio gobernador del Estado, Rodrigo Medina, quien “por razones de seguridad” prefirió mudar esposa e hijos a ciudad texana del otro lado del Bravo, que él mismo cruza con frecuencia para ver a su familia.
A esos empresarios y familias regias —quién sabe si también al gobernador— iba dedicada la declaración del magnate Lorenzo Zambrano quien, el domingo pasado, desde su cuenta de twiiter escribió: “Quien se va de Monterrey es un cobarde. Hay que luchar por lo que creemos. Tenemos que retomar nuestra gran ciudad!”.
Y si los gobernadores huyen, los alcaldes, el hilo más delgado y vulnerable en la cadena de la autoridad, están buscando refugio del otro lado de la frontera. Un ejemplo es el presidente municipal de Reynosa, Óscar Luebbert, quien ya se mudó a vivir a McCallen y desde allá, donde reside en un auténtico bunker, atiende los asuntos del municipio y sólo cruza a su municipio para actos protocolarios.
Así, los pudientes se van y los fregados se quedan. Pero en la frontera muchos son los que, ante violencia y la incapacidad de las autoridades locales y federales para darles seguridad, prefieren huir de su país y resguardarse donde se sienten más seguros. ¿Son cobardes o víctimas de la ausencia de Estado?
NOTAS INDISCRETAS… La falta de acuerdos en San Lázaro hará que no haya cambio por el momento en la Mesa Directiva y será el panista Francisco Ramírez Acuña el que reciba el informe por escrito del Presidente Felipe Calderón. La inconformidad del PRD atoró el nombramiento del priista Jorge Carlos Ramírez Marín como nuevo presidente de la Cámara de Diputados, y con los tiempos encima, anoche se acordó dejar la misma Mesa y abrir un compás hasta el 5 de septiembre, como marca la ley, para designar al nuevo titular del órgano legislativo... Se detienen los dados. Tocó serpiente.
Es un éxodo que tiene en los empresarios, políticos y familias acomodadas a la mayoría de sus integrantes que dejaron las colonias residenciales de Monterrey, Tampico, Saltillo, Juárez, Torreón o Reynosa, entre otros lugares, para marcharse a ciudades como McAllen, Mission, San Antonio, Laredo o El Paso, que viven un boom económico e inmobiliario por esa creciente migración de mexicanos que no van precisamente a buscar trabajos de jardineros, albañiles o domésticas, sino que llevan con ellos sus fortunas y su modo ostentoso de vida.
Muchos empresarios regios han optado por sacar a sus familias de la Sultana del Norte y, huyendo de la violencia y el caos, han llegado a desarrollos inmobiliarios de McCallen o San Antonio.
A ese fenómeno no escapó el propio gobernador del Estado, Rodrigo Medina, quien “por razones de seguridad” prefirió mudar esposa e hijos a ciudad texana del otro lado del Bravo, que él mismo cruza con frecuencia para ver a su familia.
A esos empresarios y familias regias —quién sabe si también al gobernador— iba dedicada la declaración del magnate Lorenzo Zambrano quien, el domingo pasado, desde su cuenta de twiiter escribió: “Quien se va de Monterrey es un cobarde. Hay que luchar por lo que creemos. Tenemos que retomar nuestra gran ciudad!”.
Y si los gobernadores huyen, los alcaldes, el hilo más delgado y vulnerable en la cadena de la autoridad, están buscando refugio del otro lado de la frontera. Un ejemplo es el presidente municipal de Reynosa, Óscar Luebbert, quien ya se mudó a vivir a McCallen y desde allá, donde reside en un auténtico bunker, atiende los asuntos del municipio y sólo cruza a su municipio para actos protocolarios.
Así, los pudientes se van y los fregados se quedan. Pero en la frontera muchos son los que, ante violencia y la incapacidad de las autoridades locales y federales para darles seguridad, prefieren huir de su país y resguardarse donde se sienten más seguros. ¿Son cobardes o víctimas de la ausencia de Estado?
NOTAS INDISCRETAS… La falta de acuerdos en San Lázaro hará que no haya cambio por el momento en la Mesa Directiva y será el panista Francisco Ramírez Acuña el que reciba el informe por escrito del Presidente Felipe Calderón. La inconformidad del PRD atoró el nombramiento del priista Jorge Carlos Ramírez Marín como nuevo presidente de la Cámara de Diputados, y con los tiempos encima, anoche se acordó dejar la misma Mesa y abrir un compás hasta el 5 de septiembre, como marca la ley, para designar al nuevo titular del órgano legislativo... Se detienen los dados. Tocó serpiente.
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