México
Héroes frustrados
Es como la segunda o tercera ley o reforma que finalmente aprueban en el Congreso del Estado
Seguramente se sienten como héroes… frustrados. Es como la segunda o tercera ley o reforma que finalmente aprueban en el Congreso del Estado, la LIX Legislatura, e inmediatamente el Ejecutivo anuncia que no se publicará.
¿Será acaso que los diputados no lo sabían, no lo intuyeron, no lo calcularon?
El caso es que los legisladores de partidos distintos al que pertenece el gobernador del Estado, Emilio González Márquez, aprobaron modificaciones a la Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público, con el propósito de eliminar la partida de “gastos imprevistos”, exigir al titular del Ejecutivo rendición de cuentas y asegurar la transparencia en el ejercicio de los recursos públicos.
Inmediatamente, el secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, anunció que las reformas no se publicarán en el Periódico Oficial, de manera que el nuevo marco legal, por lo menos en lo que queda de esta administración —y yo creo que nunca— no entrará en vigor.
Los legisladores poco trabajan y, cuando lo hacen, resulta que el “esfuerzo” es infructuoso.
Por supuesto, se trata de reformas y derogaciones que en estos tiempos de despilfarro, excesos, mala administración, gasto discrecional y, en general, un manejo poco escrupuloso de los recursos públicos que todos aportamos, una ley de esa naturaleza tenía que ser bien recibida por la sociedad.
Que los legisladores que la aprobaron no esperen ni siquiera que se les reconozca, porque si no sabían que el Ejecutivo podía vetarla al no ordenar su publicación, malo; y si sí sabían, peor. Aunque ellos seguramente dirán: “Por nosotros no quedó”.
Y, mientras tanto, los jaliscienses seguimos en espera de una recomposición de la clase política para que se note en el Estado el trabajo de los hasta ahora mal llamados servidores públicos. Porque no se nota.
Cuando el trabajo es real y efectivo no es necesario gritarlo a los cuatro vientos.
Este sólo es un ejemplo más. Lamentablemente, el espectáculo sigue siendo cotidiano y otra muestra es el presidente municipal de Guadalajara, Aristóteles Sandoval, quien asegura que su administración es y está cercana a los tapatíos, pero a las primeras de cambio se niega a responder a los representantes de los medios de comunicación sobre su viaje a Las Vegas, el pasado fin de semana largo; y tampoco tiene qué decir con respecto al edificio en Hipódromo 2045.
No son héroes ni nos hacen ningún favor. Vamos de mal en peor y no hay manifestación, desplegado, cartas ni quejas que sirvan de algo para lograr que la clase política trabaje a favor de los jaliscienses, de Jalisco.
Hoy se conmemora el primer centenario de la Revolución mexicana ¿y? Más allá de reconocerlo como un momento histórico que es de todos y del que por supuesto se puede aprender y mucho, hoy, en el terreno de los hechos, la verdad no sé si estamos igual o, de plano, peor.
¿Será acaso que los diputados no lo sabían, no lo intuyeron, no lo calcularon?
El caso es que los legisladores de partidos distintos al que pertenece el gobernador del Estado, Emilio González Márquez, aprobaron modificaciones a la Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público, con el propósito de eliminar la partida de “gastos imprevistos”, exigir al titular del Ejecutivo rendición de cuentas y asegurar la transparencia en el ejercicio de los recursos públicos.
Inmediatamente, el secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, anunció que las reformas no se publicarán en el Periódico Oficial, de manera que el nuevo marco legal, por lo menos en lo que queda de esta administración —y yo creo que nunca— no entrará en vigor.
Los legisladores poco trabajan y, cuando lo hacen, resulta que el “esfuerzo” es infructuoso.
Por supuesto, se trata de reformas y derogaciones que en estos tiempos de despilfarro, excesos, mala administración, gasto discrecional y, en general, un manejo poco escrupuloso de los recursos públicos que todos aportamos, una ley de esa naturaleza tenía que ser bien recibida por la sociedad.
Que los legisladores que la aprobaron no esperen ni siquiera que se les reconozca, porque si no sabían que el Ejecutivo podía vetarla al no ordenar su publicación, malo; y si sí sabían, peor. Aunque ellos seguramente dirán: “Por nosotros no quedó”.
Y, mientras tanto, los jaliscienses seguimos en espera de una recomposición de la clase política para que se note en el Estado el trabajo de los hasta ahora mal llamados servidores públicos. Porque no se nota.
Cuando el trabajo es real y efectivo no es necesario gritarlo a los cuatro vientos.
Este sólo es un ejemplo más. Lamentablemente, el espectáculo sigue siendo cotidiano y otra muestra es el presidente municipal de Guadalajara, Aristóteles Sandoval, quien asegura que su administración es y está cercana a los tapatíos, pero a las primeras de cambio se niega a responder a los representantes de los medios de comunicación sobre su viaje a Las Vegas, el pasado fin de semana largo; y tampoco tiene qué decir con respecto al edificio en Hipódromo 2045.
No son héroes ni nos hacen ningún favor. Vamos de mal en peor y no hay manifestación, desplegado, cartas ni quejas que sirvan de algo para lograr que la clase política trabaje a favor de los jaliscienses, de Jalisco.
Hoy se conmemora el primer centenario de la Revolución mexicana ¿y? Más allá de reconocerlo como un momento histórico que es de todos y del que por supuesto se puede aprender y mucho, hoy, en el terreno de los hechos, la verdad no sé si estamos igual o, de plano, peor.
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