México

Habanos fortalecen la relación México Cuba

Un hábito mal visto que crece a discreción

CIUDAD DE MÉXICO.- México y Cuba dieron un paso más hacia el restablecimiento pleno de sus relaciones bilaterales con el reconocimiento mexicano a la denominación de origen de los habanos de la isla, que desde ahora estarán protegidos contra todo tipo de falsificaciones.

El embajador cubano en México, Manuel de la Paz Aguilera, celebró el acontecimiento, luego de los conflictos y desencuentros que experimentó la relación con Cuba en el sexenio pasado.

“Es la dirección hacia el desarrollo pleno de nuestros vínculos en todos los terrenos (...), en la cooperación estrecha entre dos pueblos hermanos que no pueden ser separados por ninguna fuerza del mundo y menos por injerencias externas ajenas a su voluntad y a lo que les es beneficioso”.

Como ejemplo de que soplan nuevos vientos en la relación bilateral, De la Paz Aguilera destacó que el comercio entre ambos países se ha duplicado en 2008 en comparación con el registrado el año pasado y confió que los habanos darán otro empujoncito en esta dirección.

“México se está convirtiendo en un buen cliente. Después de Cuba es el segundo país del mundo donde más Casas del Habano hay, son casas que tienen una franquicia para vender el producto y para promocionar su comercialización. En México hay 10 y se tienen planes de abrir otras dos”.

Por su parte, Jorge Amigo Castañeda, director general del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), recordó que el pasado 20 de octubre México retiró los candados para reconocer la denominación de origen de estos productos cubanos, en esencia algo similar a lo que sucede con el tequila.

“El retiro de las denegaciones trae como consecuencia que dichas denominaciones estarán protegidas en México contra toda usurpación o imitaciones”.

Sin embargo, el embajador cubano aclaró: “Exportamos habanos, pero no promovemos el hábito de fumar”.

Un hábito mal visto que crece a discreción

El habano forma parte del folclor cubano y la Revolución que llevó a los “barbudos” liderados por Fidel Castro al poder en 1959, no se explica sin un puro en la mano.

Sin embargo en 1986 Fidel Castro dejó sus inseparables habanos en el armario “exclusivamente para dar el ejemplo en las campañas antitabaquismo que se empezaron a desarrollar en Cuba y no ha fumado desde entonces”, explica el embajador Aguilera.

Por ese gesto, Castro recibió un premio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero hablar de Cuba es hablar de el son, el ron, el turismo e, inevitablemente, de tabaco.
La isla recibe aproximadamente 400 millones de dólares anuales por ventas de puros, 10% de los ingresos totales del país, y se pronostica un crecimiento de la industria a partir de que el consumo, paradójicamente, se ha incrementado.

En México, Importadora y Exportadora de Puros y Tabacos, S.A. de C.V., una empresa mixta con 50% de capital azteca y 50% cubano, tiene la exclusiva para comercializar estos productos.
Actualmente, este sello importa millón y medio de habanos cubanos al año de todas las marcas y para todos los bolsillos... pudientes, porque definitivamente no es un placer barato.

Elaboración de puros durante la ceremonia de reconocimiento por parte de México a la denominación de origen de los habanos cubanos. Este acuerdo significa un avance entre la relación bilateral que deja atrás las diferencias vividas en el sexenio anterior.

FRASE
En definitiva es la elección del consumidor. Aunque los habanos no son tan dañinos como el cigarrillo, porque no tienen químicos, es un producto natural

Manuel de la Paz Aguilera, embajador cubano en México.

Puros para todos los bolsillos

El costo promedio de un habano es de entre 150 y 250 pesos mexicanos de las marcas Patargás y Romeo y Julieta, de acuerdo con Bernardo Andrés, director comercial de la Importadora y Exportadora de Puros y Tabacos.

Los paladares exquisitos pueden gozar de los Cohíba Siglo VI, que rondan los 450 pesos por habano. Y en el otro extremo, entre los más económicos, se encuentran los Guantanamera, a 50 pesos cada uno.
Sin embargo, los habanos más caros que se recuerdan fueron los Cohiba Behike, una edición limitada de la que sólo se hicieron 100 humidores en el mundo. En México se vendieron cinco.
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