México

Gobierno de muy poca sensibilidad

Por Vicente BELLO

El Congreso de la Unión comprobó ayer fehacientemente que, en materia de justicia social, el Gobierno que lidera el Presidente Felipe Calderón carece de sensibilidad.

Era el último asunto de la orden del día. De la Tercera Comisión de la Permanente provenía un dictamen en el que se exhortaba al Titular del Poder Ejecutivo federal que respetase el acuerdo emitido en 2005, en el que se estableció que la Secretaría de Hacienda pagaría, en una sola exhibición, los 38 mil pesos a cada ex bracero que el Estado mexicano debe a quienes trabajaron en los Estados Unidos de 1942 a 1964.

El 29 de junio reciente —como ya lo dijimos en este espacio el 4 de julio—, la Secretaría de Gobernación informó en el Diario Oficial de la Federación que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público comenzaría a pagar los 38 mil pesos a quienes faltan aún de tal cobro, en exhibiciones.

Era la víspera de la elección del 5 de julio y, obviamente, el Gobierno panista de Calderón no reveló el monto del abono que pretenden dar. Lo dijo después, y quedito: cuatro mil pesos cada año, hasta completar los 38 mil.

Pues ayer, en la sesión de la Comisión Permanente, barbotó en la tribuna con la fuerza del vapor en olla de presión. Y fue Adrián Pedrozo Castillo —un diputado federal hidalguense, perredista, que también ha sido presidente de la Comisión Especial de Seguimiento al Asunto de Ex Braceros de la Cámara de Diputados— quien abrió diciendo que los 38 mil de por sí fue producto de un acuerdo “injusto, insuficiente y de distribución y entrega tardía”.

Y apostillaba: “Ahora con las complicaciones financieras hay incluso un planteamiento de que se van a pagar en abonos de cuatro mil pesos diferidos cada año. Esto quiere decir que muchos de los ex braceros, por lo avanzado de su edad, no les va a alcanzar la vida para cobrar”.

El Punto de Acuerdo, decía Pedrozo, propone al Gobierno que se pague conforme a lo acordado en 2005, en una sola exhibición. Y también que se “puedan revisar las bases de operación, en una mesa de trabajo, para que aquellos mexicanos que no alcanzaron a cubrir los requisitos tengan también oportunidad de reclamarlos”.

De 2005 a julio de 2009, tenían que haber cobrado ya los 38 mil, unos 42 mil ex braceros, pero aún faltan unos dos mil, algunos de los cuales este mes se han amanecido con la sorpresa de que sólo les destinaron cuatro mil pesos. En el padrón de ex braceros realizado durante diciembre y enero pasados, se enlistaron 160 mil más, y es a ellos a quienes estarían dedicando el danzón de los abonos de cuatro mil anuales, a pagar en 10 años.
De ello hablaron así, en la tribuna, diputados del PAN, PRI, PT y PC:
José Manuel del Río Virgen (PC): “Hace mucho tiempo esos migrantes realizaron marchas en Estados Unidos, en Michoacán, en Zacatecas, en Veracruz, en muchas otras partes del país, para que el Estado mexicano reconociera ese viejo fondo que ellos habían aportado y que no sabían dónde estaba ese dinero”.

Y ha propuesto al Gobierno de Calderón que para pagar de una sola exhibición, y a todos de un jalón, sean tomados los fondos en subejercicio que la Secretaría de Hacienda transfirió a fideicomisos.

¿Qué piden los migrantes?, preguntó Del Río. Y se respondió: “Que no les den migajas que realmente los ofende”.
Ahí venía Ricardo Monreal, del PT: La emisión de la ley que crea el fideicomiso que administra el Fondo de Apoyo social para Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos constituyó un verdadero hito en la historia de la justicia social de nuestro país: el Estado mexicano reconocía por vez primera la legitmidad y la justeza de los reclamos añosos de los ex braceros, que lo único que hacían era reclamar lo suyo, sus ahorros depositados durante años de trabajo en Estados Unidos.

También apostillaba: “El 29 de junio decidieron modificar arbitraria, insensible y unilateralmente las formas de pago. Es una actitud vergonzante, de risa, una actitud grosera con los ex braceros, porque ahora se harán en abonos pequeños de cuatro mil pesos por año”.

Monreal picó la cresta al Ejecutivo federal: “Este monto representa 10 pesos diarios; unos 330 mensuales. Con dicha cantidad alcanza para comprar un kilo de tortillas, pero además contemplemos que estos pagos humillantes se harán a personas de más de 80 años de edad, que por ende tienen problemas de salud, que enfrentan una situación socioeconómica muy delicada”.

Entonces, con lo que dijo a continuación, el senador hizo que muchos evocaran la fenomenal barriga de Agustín Carstens: “Díganme, ciudadanos legisladores, si esto no es una burla. Si esto no es una falta de respeto a nuestro pueblo, cuando por ejemplo el secretario de Hacienda y Crédito Público tiene asignado, sólo para su alimentación, el monto de tres mil 500 pesos por día”.

El PAN envió a la diputada Rocío Morgan Franco a la tribuna. Casi al matadero, por lo indefendible del tema. Que el PAN está de acuerdo con la posibilidad de que sea el pago en una sola exhibición, decía. “Sin embargo, yo no concuerdo con lo que se ha expresado, de decir que ha habido insensibilidad de este comité técnico (se refería a la Secretaría de Hacienda) o del propio Poder Ejecutivo, fraccionándoles el pago de este recurso, porque precisamente es al revés”.

Entonces daba la explicación oficial: “Lo que trata de hacer (el Comité Técnico) es ampliar la base de gente que pueda recibir parte de ese beneficio, aunque sea fraccionado, pero que empiecen ya a recibir este dinero que en derecho les corresponde y que precisamente nunca será suficiente para cubrir a lo que ellos tenían derecho”.
El diputado priista César Duarte no se quedó atrás. “Vuelve a irritar, porque debemos estar conscientes que la mayor parte de los ex braceros son gente muy adulta, gente que sólo está pensando y atendiendo de manera dedicada y decidida en temas como éste, y día y noche van y vienen a ver los listados con esperanza a las oficinas de telégrafos, o van y vienen a las dependencias esperando información o que se les pague”.

Duarte recordó entonces a la asamblea algunas humillaciones que sufrieron en Estados Unidos estos mismos hombres y mujeres que ahora el Gobierno mexicano pretende pagar en abonos: “Cuando se dieron las contrataciones y fueron cruzados a los Estados Unidos, los fumigaban prácticamente como animales, para que tuvieran las condiciones sanitarias a gusto de la autoridad norteamericana. Todas esas vejaciones, todo ese esfuerzo que se dio, sigue siendo ese mismo peregrinar de los ex braceros enfermos, de viudas, de hijos que esperan”.

Entre evidentes pujidos, el PAN al final votó en favor del Punto de Acuerdo, en el que el Congreso pide al Gobierno de Calderón en palabras formales lo que, en el pasillerío, le han exigido: que en este tema de los ex braceros, señores de más de 80 años la mayoría, tenga siquiera un poco de sensibilidad.
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