México

Facilitó complicidad policiaca actividades de la banda La Flor

Daban información y participaban en levantamiento de personas

MÉXICO, D.F.- La participación de policías locales y federales en la banda de plagiarios conocida como "La Flor" facilitó la comisión de los múltiples delitos que se le atribuyen, pero también fue la "pieza clave" que permitió su desmembramiento.

De acuerdo con expedientes judiciales y un alto funcionario de la PGJDF ligado a la investigación que pidió el anonimato, la participación de policías y ex policías en grupos delictivos de esa naturaleza les otorga un "amplio margen de maniobrabilidad".

Según las indagatorias, de los siete integrantes detenidos y procesados por múltiples plagios, entre ellos el de Fernando Martí, hijo del empresario Alejandro Martí, cuatro eran uniformados en activo o pertenecieron a alguna corporación policiaca.

Los expedientes determinaron que ese factor les facilitó la planificación, la operación de los secuestros que se les imputan en el pliego de consignación, y en los cuales el común denominador fue la implementación de retenes policiacos falsos para detener a los agraviados.

"Como persona común y corriente no piensas que el encargado de cuidarte vaya a darte la espalda y sea tu victimario, y ellos aprovechan esa situación en su favor", señaló el funcionario consultado.

En el caso de la banda de "La Flor", las investigaciones demostraron que la complicidad de los agentes resultó determinante para orquestar los retenes, que incluso se hacían a plena luz del día engañando a policías preventivos que efectivamente pensaban que se trataba de operativos reales.

Destacó especialmente la participación de los agentes judiciales José Luis Romero Angel y Fernando Hernández Santoyo, quienes a la luz pública se desempeñaban como elementos adscritos al aeropuerto capitalino, pero también servían al grupo delictivo.

Su función, no se limitaba a una tarea, como ocurre con otras células de la organización criminal, sino que participaban activamente en cada uno de los procesos, aprovechando su estatus de agentes en activo.

"Se entiende que (la función de los agentes) era proporcionar información e incluso participar en el levantamiento de personas, en armar el operativo, detenerlas, subirlas al vehículo que habían preparado ex profeso para este fin, y llevarlas a las casas de seguridad", indicó el funcionario.

La investigación de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) destaca también el papel de Lorena González Hernández alias "La Lore", "La Gorda" o "La Comandanta", elemento de la Agencia Federal de Investigación y a quien se consideraba la operadora de la organización.

Las pruebas recabadas por las autoridades indican que esa mujer podría ser considerada a su vez como el cerebro de La Flor, ya que era la encargada de diseñar la logística de los retenes para cometer los secuestros.

La mayor evidencia de la importancia de la complicidad policiaca para La Flor era que su líder, Sergio Humberto Ortiz Juárez, alias "El Apá", había pertenecido a la extinta Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPC) de la Policía Judicial.

El funcionario consultado por Notimex destacó que si bien ese sujeto llevaba más de 10 años separado de las filas de alguna corporación policiaca, utilizó sus conocimientos para controlar y encausar el desempeño de sus cómplices.

"Los testimoniales nos demostraron que Ortiz mantenía una actitud de liderazgo y en algún momento dado de dirección y de subordinación que los demás reflejaban hacia él, por eso es que se le identificó como líder" señaló.

De esta forma, los otros integrantes del grupo detenidos, Marco Antonio Moreno Jiménez, y los hermanos Noé e Isarael Cañas Ovalle, se limitaban, según la PGJDF, a funciones de apoyo como el cuidado de las víctimas y su vigilancia.

Empero, la participación policiaca en ese grupo delictivo fue también uno de los elementos de prueba determinantes para desarticular a la banda y detener a sus integrantes.

El funcionario de la PGJDF adscrito a la Fiscalía para la Seguridad de las Personas e Instituciones explicó que los primeros indicios sobre la banda de "La Flor" se obtuvieron unos días después del secuestro de Fernando Martí.

Reveló que un intercambio de información con la Procuraduría General de la República (PGR) permitió descubrir, incluso antes de que se supiera la muerte del menor, que los agentes judiciales Romero Angel y Hernández Santoyo estaban involucrados en los hechos.

"Lo que ocurrió aquí es que no se pudo detener en su momento precisamente pensando en salvar la integridad del joven Martí; eso fue lo que impidió que se actuara deteniendo gente", indicó.

Después del hallazgo del cadáver de Martí en la delegación Coyoacán, el 1 de agosto de 2008, se procedió con la aprehensión de los agentes judiciales.

En términos coloquiales, el funcionario refirió que esta detención representó "el hilito que se fue jalando para desenredar la madeja que representaba la banda de La Flor" y apresar al resto de los involucrados.

No obstante, enfatizó que las investigaciones de la PGJDF continúan, pues la estructura de "La Flor" es compleja y su operación se diversificó mediante diversas divisiones o "células".
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