México
¿Escéptico u optimista?
Por supuesto que en el fondo solo los dos mandatarios saben de qué hablaron, qué trataron y a qué conclusiones llegaron
Tiempo navideño y apreciando los padres la polaridad de sus retoños, decidieron significar en los regalos para que se equilibraran de forma tal, que el pesimista se animase y el optimista viera que no todo el monte era de orégano.
Así… Así, al primero, le puso el Niño Dios una bicicleta hermosa, moderna, sueño de cualquier infante, y al segundo una masa alimenticia digerida y maloliente denominada con el vulgar nombre de mierda…
Al preguntarles qué regalos habían recibido, el fatalista, quejándose y temeroso, dijo que con el biciclo podría caerse y herirse… vaya pesimismo pues. En cambio el fraterno cargando el pestilente regalo pero con luminosidad en su mirada y en gala del optimismo más puro expresó: “A mí me trajo un caballo, se cagó y voy a buscarlo…”
La reunión de Calderón y Obama, en momentos en los que las relaciones entre México y Estados Unidos han tenido cierta rispidez, era de suma importancia.
¿Logros? La posibilidad, -- hasta no ver no creer --, de que el conflicto del transporte fronterizo se destrabe a fin de que camiones de ambos países tengan entrada en los dos territorios cuando Washington impedía el tránsito de los mexicanos argumentando el peligro de su antigüedad, respondiendo México con la prohibición de importación de elevado número de productos estadounidenses.
¿Algo más? El grave y casi olvidado problema migratorio cuya solución está más que en el presidente Obama, en las facultades de la Cámara Baja norteamericana. Trataron también la agitación política del Oriente Medio, tal vez hasta algo del cambio climático quizás, pero lo esencialmente trascendente y prioritario, la situación del crimen organizado. Sí, ése que invadiendo ya todo el territorio mexicano, toca las puertas de la vecina nación.
Barack Obama reconoció la responsabilidad compartida con su homólogo mexicano de que la batalla es de los dos países, toda vez que Felipe Calderón fue claro al señalar que la lucha debe incluir menor demanda de drogas de Estados Unidos y, fundamental, frenar el flujo de armas de asalto que acaban en México cuando con una de ellas se asesinó al agente de la Oficina de Inmigración y Aduanas, Jaime Zapata.
Por supuesto que en el fondo solo los dos mandatarios saben de qué hablaron, qué trataron y a qué conclusiones llegaron. Lo que sí, el que los agentes federales de instituciones norteamericanas puedan andar armados en territorio mexicano fue tema, aunque muchos no crean, crucial. Como crucial la desconfianza de Calderón al embajador estadounidense Carlos Pascual, al señalar que “la confianza es algo difícil de construir y muy fácil de perder”.
Y… PENSÁNDOLO BIEN.
Y… PENSÁNDOLO BIEN, hay quienes piensan que la reunión resultó positiva y… Y otros que no, que con poco se llegó a casi nada.
Cosa pues de escépticos y optimistas…
¿Y Usted..?
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