México

Eruviel Ávila, ¿delfín de Peña Nieto?

Según las encuestas, las distintas mediciones y consultas desde distintos ángulos, el único político capaz de vencer —incluso a una alianza— es Eruviel Ávila

Una de las facultades fundamentales del gobernador Enrique Peña Nieto es la selección del candidato del PRI a sucederlo. Según “usos y costumbres” de los gobernadores tricolores del Estado de México, la selección del sucesor es facultad única, exclusiva e irrebatible del mandatario saliente.

Es decir, que en su momento, la candidatura de Peña Nieto fue decisión exclusiva del entonces gobernador Arturo Montiel, quien hace seis años se la jugó con un desconocido diputado local, al que debieron engordar en su hoja de servicios con una repentina y meteórica presidencia del Congreso local. Ese desconocido diputado local se convirtió en un fenómeno político-electoral que, un sexenio después, es el más aventajado presidencial. En pocas palabras, que el único acierto de Arturo Montiel habría sido la imposición de Enrique Peña Nieto.

Viene a cuento el tema, porque el mandatario Peña Nieto debe asumir la responsabilidad de elegir no sólo al candidato a reemplazarlo, sino al político capaz de derrotar a los opositores locales y a buena parte de la partidocracia; a las distintas tribus amarillas, al partido y Gobierno azules e incluso a un sector del PRI que también bombardea a Peña Nieto. Es la mayor responsabilidad de Peña Nieto en su corta vida política, electoral y de gobierno. Decisión que puede marcar el triunfo o la derrota para Peña Nieto. ¿Por qué?

Porque la selección correcta del candidato a sucederlo en el PRI podría ser para Peña Nieto la llave para abrir la primera esclusa que conduce a la casa presidencial de Los Pinos. Una selección equivocada sería el mayor tropiezo del mexiquense.

El siguiente paso —que está en marcha— es la selección y planchado del candidato, que saldrá de la tercia compuesta por Eruviel Ávila, alcalde de Ecatepec; Luis Videgaray, diputado federal y uno de los hombres de Peña Nieto, y Alfredo del Mazo, alcalde de Huixquilucan.

Acaso como no ha ocurrido en décadas, el gobernador saliente deberá olvidar amiguismo y compadrazgo para garantizar, no un mero triunfo, sino para dar una pelea a muerte ante una previsible alianza y, sobre todo, con capacidad para vencer y convencer.

Según las encuestas, las distintas mediciones y consultas desde distintos ángulos, el único político capaz de vencer —incluso a una alianza— es Eruviel Ávila. Bueno, los méritos del dos veces alcalde de Ecatepec son tales que, según distintas fuentes azules y amarillas, no pocos líderes han tratado de convencer a Eruviel Ávila para convertirlo en candidato del PRD y/o del PAN.

También por eso, el de Ecatepec ha reiterado que no se va del PRI. Todo apunta a que el “delfín” de Peña Nieto es Eruviel Ávila. Al tiempo.
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