México

Ensayo de una sucesión

Aunque se fomentó la competencia y se logró reposicionar mediáticamente al panismo, el resultado estaba de antemano controlado y en ningún caso perdería el calderonismo

De la anticlimática elección de Gustavo Madero como nuevo dirigente del PAN, lo más interesante que queda —además de la chamaqueada al joven Roberto Gil, que cedió sus votos a cambio de 14 puestos en el CEN que luego no le cumplieron— es que ese proceso fue una suerte de experimento, de ensayo inducido por Calderón para usarlo como modelo de la próxima elección del candidato presidencial del panismo.

En un juego de “democracia controlada”, Calderón dejó que los distintos grupos internos del PAN jugaran por la libre y midieran fuerzas en el Consejo Nacional, sabedor de que él y su grupo tenían una mayoría aplastante y que los dos principales contendientes tenían línea directa a Los Pinos; de modo que, aunque se fomentó la competencia y se logró reposicionar mediáticamente al panismo, el resultado estaba de antemano controlado y en ningún caso perdería el calderonismo.

Algo así intentará Calderón en la sucesión presidencial: ante la ausencia de prospectos fuertes para 2012 —sus dos cartas principales, Ernesto Cordero y Alonso Lujambio, no le han crecido—, el Presidente aplicará la misma mecánica que en la disputa por la dirigencia nacional. Abrirá el juego y ampliará la baraja para que participen aspirantes y precandidatos de distinto signo panista, desde Cordero hasta Lujambio, pasando por Lozano o Creel, hasta incluso un precandidato externo, posibilidad recientemente mencionada por el propio Presidente, y hay quienes ya deslizan el nombre de Juan Ramón de la Fuente.

Si Calderón se dio cuenta de que en el PAN ya no tenía fuerza para poner a un presidente totalmente suyo, como lo hizo con Germán Martínez y César Nava, en la sucesión presidencial, con la misma lógica pondrá a sus cartas a competir en el libre juego de las fuerzas y verá quién resulta más competitivo. Ya dijo el Presidente que está dispuesto a aceptar a un candidato “externo, o ciudadano”, habría que ver si está dispuesto a aceptar a un panista que no sea de los suyos, como el caso de Santiago Creel.

Por cierto, Creel prepara una comida de cumpleaños este fin de semana en un lienzo charro de la ciudad, y hay quienes afirman que ahí, entre manganas y pasos de la muerte, el senador podría lanzar sus aspiraciones presidenciales y hasta le ven similitudes al evento de este sábado con aquella comida en un rancho de Tlajomulco, Jalisco, donde un adelantado Felipe Calderón se aventara por la libre y se destapara sin consultar al entonces presidente Vicente Fox.

¿Se puede repetir la historia?

NOTAS INDISCRETAS… Otros que arrancan su relevo de dirigencia son los priistas. El sábado, en Pachuca, el Consejo Político Nacional del PRI sesionará para emitir la convocatoria para renovar el CEN de ese partido. No se ve a ningún priista con agallas que vaya a saltarle al adelantado Humberto Moreira y su compañera de fórmula María Elena Orantes… Se lanzan los dados. Escalera doble.
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