México
En defensa de la democracia
Seguro cada vez que le hablan de elecciones y de política se irrita y maldice a los políticos por su incompetencia y bribonería
Su enojo y frustración están plenamente justificados. Y seguro cada vez que le hablan de elecciones y de política se irrita y maldice a los políticos por su incompetencia y bribonería.
Finalmente cada día en los medios escucha que no trabajan y que son incapaces de ponerse de acuerdo en lo importante, entretenidos como están en pleitos irrelevantes e interesados en frivolidades y privilegios. Quizá está pensando que después de todo tanta alharaca con eso de las elecciones y la democracia no sirvió de nada, mucha emoción y esperanza con la transición y la alternancia, pero las cosas siguen igual o peor. Costó tanto trabajo sacar a los priistas del poder para descubrir que los panistas y los perredistas no son mejores. Dígame la verdad: ¿En medio del agobio ya está pensando que lo mejor sería que regrese uno de los de antes a poner orden? De esos que no preguntaban pero hacían, de esos que daban miedo pero tenían bien controlados a los malos porque negociaban con ellos.
Para usted y para mi, y para todos a los que la falta de mejoría en el país les ha minado, por momentos o profundamente, la creencia en que la democracia es el mejor método de gobierno, es que un grupo de talentosos mexicanos entre quienes está el ex presidente del IFE José Woldenbeg escribieron “Equidad social y parlamentarismo” (www.ietd.org.mx). Lo que nos dicen Woldenberg y sus amigos es que aunque trágicamente la democracia en México no coincidió en sus primeros años con un periodo de prosperidad y crecimiento que la hubiera consolidado plenamente, no debemos tirarla por la borda. Ellos proponen formas para que se pueda gobernar mejor respetando la pluralidad y no sacrificándola. Y nos recuerdan que la desigualdad y la injusticia no son resultado de la democracia, vienen de mucho antes y sólo un cambio radical en las prioridades de quienes nos gobiernan lo pueden remediar.
Y eso sólo se puede lograr con más participación y presión de nuestra parte, es decir con más democracia, no con menos.
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