México
En Cannes como perros
Nuestro cine tiene una larga tradición en Cannes, al grado que más de 40 películas aztecas han producido 29 premios oficiales
Sería fácil lograr la mayor presencia de la historia, si no tuviéramos antecedentes, pero conseguirlo con el curriculum mexicano en esta ciudad de la Costa Azul es mérito doble: nuestro cine tiene una larga tradición en Cannes, al grado que más de 40 películas aztecas han producido 29 premios oficiales, y se ha aplaudido el arte de Gabriel Figueroa, Emilio Fernández, Dolores del Río, Pedro Armendáriz, Julio Bracho, Roberto Gavaldón, Arturo Ripstein, Silvia Pinal, por mencionar sólo algunos, amén de artistas que nacidos en España encontraron en la industria mexicana el medio para florecer, como Luis Buñuel.
Durante los años setenta y ochenta decayó la presencia de mexicanos, pero la bandera fue sostenida con dignidad por Ripstein, quien compitiendo en el máximo circuito del cine de autor vio en los noventa el resurgimiento con una nueva generación que incluía a Guillermo del Toro y Carlos Carrera, complementada en los años con Alejandro González Iñárritu, Carlos Reygadas, Francisco Vargas, Rodrigo Prieto, Gael García Bernal, Diego Luna, Alfonso Cuarón, Elisa Miller, Amat Escalante y muchos más.
Da gusto que la presencia se refuerce en este año del Bicentenario, que frente a tantas realidades mexicanas que dan vergüenza o rabia en la pantalla de este festival, tengamos un motivo de orgullo como país. No es poca cosa que en un medio complicadísimo como lo es la industria cinematográfica en México, en la que lo cotidiano es navegar contra viento y marea, surja y se consolide una generación de cineastas, cinefotógrafos, escritores, editores, actores, directores de arte con proyección internacional —artística y comercial—, sin complejos y con arrestos para tutearse con los más grandes.
“Biutiful”, de Alejandro González Iñárritu, compite por la Palma de Oro, Diego Luna fue invitado a proyectar su “Abel” en el marco del festival, los 10 más importantes directores mexicanos (no abrazados aún por Hollywood) presentan un corto cada uno que conforman un largometraje llamado “Revolución”, Gael preside el jurado de la Cámara de Oro (premio a los directores noveles) y por ese galardón compiten Michael Rowe con “Año Bisiesto” y Jorge Michel Grau con “Somos lo que hay”.
El Palacio de Festivales y Congresos está listo para las galas, el mercado de películas ya hierve, están por desfilar las luminarias. Se apagan las luces y comienza la proyección.
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