México

El valle del silicón

La joven afectada de tan sólo 23 años relató la historia que concluyó en la negativa a una contratación laboral por no tener las medidas ni los tamaños necesarios

Así fue como un supuesto cirujano plástico llamó a Guadalajara. “En eso se está convirtiendo”, lo dijo divertido entre risas. Su ánimo eufórico no es para menos, mínimo tres cirugías plásticas al día y en algunas ocasiones hasta ocho por jornada, “entre más mujeres despechadas existan, mejor me va”. Y digo lo de “supuesto cirujano”, porque es complicado aceptar la falta de respeto a una profesión. El tema surge por un correo que llegó a este espacio y que señalaba lugares como instituciones bancarias o de manejo de fondos de inversión en donde existe la discriminación.

La joven afectada de tan sólo 23 años relató la historia que concluyó en la negativa a una contratación laboral por no tener las medidas ni los tamaños necesarios. Estaba desesperada porque le dieron justo en su punto débil: caderas amplias, estatura de un metro con 58 centímetros y como ella lo comenta ,“sus pechos son planos”. Tiene necesidades económicas como muchos, una carrera en administración de empresas y el manejo del inglés a 100%. ¿Qué faltó entonces? Casualmente una compañera suya de la escuela que cumplió con los requisitos que todos saben pero que nadie formaliza, le dijo la verdad: habría que ser delgada, alta y preferente de piel clara y con cabello de castaño a rubio para que los futuros clientes, si eran mujeres, estuvieran frente a una figura que les representara aspiración, y en el caso de los hombres, agrado y admiración, lo que facilitaría conseguir las cuentas y las firmas en los contratos.

La joven que provocó este tema se encuentra ahora convaleciendo de su operación de mamoplastía o aumento de busto, por algo tenía que empezar, y bastó con pedir prestado para reunir 20 mil pesos y esperar los resultados. ¿Cuáles? Un empleo, quizás un novio pero principalmente atención.

Hablar de una identidad de género en la mujer es hablar de los senos, es la forma de reafirmar lo que eres. La psicóloga Catalina Pérez, subdirectora del Centro de Evaluación Psicológica de la Universidad de Guadalajara, me comentaba que la participación de los hombres en esta manera de obtener o retener cualquier cosa es suficiente como para trasladar al terreno de la competencia a varias mujeres con el único objetivo de ser la seleccionada y la mejor de todas, privilegiando las características físicas que presentan.

Por su parte, la jefa del Departamento de Investigación Clínica del Instituto Jalisciense de Cirugía Reconstructiva, la también destacada doctora Celina Kishi Sutto, habló de la gran cantidad de mujeres que solicitan cirugías estéticas en las circunstancias ya descritas. De las tres mil 300 intervenciones que realizan al año, 60% por ciento son de este tipo. ¿Las más demandadas? Liposucción, rinoplastia y en tercer lugar, aumento mamario.

¿Quiénes, cuánto y cómo contribuimos a esta nueva tendencia? Hoy parece que la autoaceptación, el respeto propio y ajeno de un hombre o mujer, el esfuerzo por salir adelante y muchas más circunstancias se arreglan con un cirujano plástico… aunque se corra el riesgo, como dijo la psicóloga Catalina Pérez, de que la satisfacción por lucir mejor sea momentánea.
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