México
El tío Seve y la Real Academia
La nueva edición ortográfica de la Real Academia de la Lengua suplirá la de 1999 y, por lo que adelantan, viene impregnada de ocurrencias
Me he acordado de él a raíz de los cambios al español que serán ratificados en el marco de la Feria Internacional del Libro durante el pleno de las 22 academias de la lengua, feria en la que por cierto será Castilla y León, la cuna del español, la región invitada.
La nueva edición ortográfica de la Real Academia de la Lengua suplirá la de 1999 y, por lo que adelantan, viene impregnada de ocurrencias, quizá atendiendo la vieja recomendación del Premio Nobel de Literatura 1982 Gabriel García Márquez, acerca de que la gente debe escribir tal como habla.
Se trata de un razonado y exhaustivo, pero simple y legible cambio al español, según su coordinador, Salvador Gutiérrez Ordóñez; coherente con los usos de los hablantes y las reglas gramaticales.
De tal manera que de ratificarse, el próximo año la i griega será ye, y la b “be” (y no be alta o be larga). Asimismo, la ch y la ll dejarán de formar parte del alfabeto; se eliminará la tilde en el adverbio solo y los demostrativos (este, esta...).
Respecto a los números se aplicará la misma regla en la o emparedada entre dos de éstos (5 o 6).
Seguramente en México y algunos países de América Latina, la propuesta de dar sólo un nombre a cada letra y desaparecer la i griega, que afecta también a la i latina, que será simplemente i, causarán resistencia, indiferencia y asombro en la mayoría, pues además tendremos un abecedario de 27 letras.
Los expertos parecen coincidir en la supresión de los acentos al dejar los casos en que se requiere diferenciar una determinada situación al contexto.
Se puede no tildar, dicen, el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad.
Asimismo, palabras como guión, huí, Sión, truhán etc. Serán consideradas monosílabas a efectos ortográficos, de tal manera que, independientemente de su pronunciación, prescindirán del acento, y de no hacerlo será una falta ortográfica.
El caso de la “o” entre números, hasta ahora una excepción de las reglas de acentuación, quizá sea de los más sensatos, pues los teclados de las computadoras han eliminado ya la confusión entre la letra o y la cifra cero.
Pues bien, estos son algunos de los cambios que serán ratificados en la FIL 2010. Escribiré un correo al tío Severino antes de que termine el año para comentarlos y decirle que así las cosas, no estamos lejos de ver su puntada como una regla más de la Real Academia de la Lengua.
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