México

El temor a elecciones paraliza

Es necesario que ahora sea la ciudadanía la que marque la pauta, la que establezca la agenda a cubrir en un futuro

Hay quien afirma que “la política es el arte del diálogo, y de llegar a acuerdos que beneficien a todas las partes involucradas”, y en principio suena bien y se pudiera aceptar como una de las múltiples definiciones que existen con respecto a la más importante de las ciencias universales, no obstante, tal parece que los actuales actores la han convertido en un acto más, digno de la peor de las farándulas, de ahí que cada paso que dan tenga que ser sometido a múltiples escrutinios, sobre todo con apego a las cuestiones de carácter electoral.

El resultado de ello es que la ciudadanía se ha convertido en la pagana de los desatinos de unos y otros, sin que la alternancia en el poder haya dado los resultados esperados, sino más bien todo lo contrario, pues lejos de verse castigados —los partidos políticos y sus candidatos—, al cabo de que la vuelta de la fortuna termina de dar su giro y se ven favorecidos con el voto popular, aprovechan hasta los días festivos para beneficiarse personal y familiarmente.

De ahí la necesidad de que como afirma el joven alcalde de Tlaquepaque, Miguel Castro, “los actores políticos debemos de perder el miedo a los procesos electorales, pues lejos de beneficiarnos, están paralizando acciones de gobierno que son nuestra actual y prioritaria actividad, pues de lo contrario, las cuentas que se entreguen serán cobradas por la ciudadanía, con independencia del color partidista de que se trate, pues los ciudadanos han aprendido a distinguir a las personas de entre los partidos y afortunadamente para todos, cada día su voto es más razonado”.

Castro Reynoso, quien ha recibido por segunda ocasión la confianza del electorado de Tlaquepaque, se expresa y actúa con madurez, en un tono de voz que transmite confianza —algo no usual viniendo de un “político”— y hasta se abre para afirmar que “las decisiones políticas deben de favorecer en primera instancia a la sociedad, lo que no quita que al mismo tiempo beneficie al actor político que la aplica”.

Así, es relativamente fácil dar con la respuesta del porqué las actuaciones de los últimos tiempos son presa fácil del proceso electoral, de ahí que las principales decisiones que debieran de tomarse a favor de la ciudadanía, hoy en día se encuentran empantanadas, y si bien es cierto que algunas otras ya se tomaron, pues el resultado es el mismo, dado que los señores que se dicen, cobran y en algunas ocasiones hasta parecen políticos no logran ponerse de acuerdo.

Luego entonces, es necesario que ahora sea la ciudadanía la que marque la pauta, la que establezca la agenda a cubrir en un futuro cada vez más cercano.
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