México
El que hace la ley hace la trampa
Lo cierto es que el PRI que pactó desaparecer la cláusula de gobernabilidad en 1996, es el mismo PRI que en 2010 propone una modalidad de esa cláusula de gobernabilidad
El debate se catalizó luego de que el gobernador Enrique Peña Nieto publicara un artículo periodístico en “El Universal”, en donde expuso su preocupación por la ausencia de mayorías estables del partido gobernante en el Congreso, y sobre la parálisis que desde la gran reforma político-electoral de 1996 han tenido los gobiernos. El problema de esa parálisis, dice, está en la ausencia de esas mayorías estables en el Congreso.
Como se sabe, desde la segunda mitad del Gobierno de Zedillo, durante todo el de Fox y hasta la primera mitad del de Calderón, la ausencia de mayorías —en el Congreso— del partido en el poder parece ser la causa de la preocupante parálisis en los gobiernos y en el Congreso, al grado de desembocar en la llamada “generación del no”.
En rigor, el tema lo colocaron sobre la mesa la dupla de Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda —en un multicitado ensayo publicado en Nexos—, quienes llamaron la atención sobre la urgencia de revisar el tema. Luego vino el artículo periodístico del gobernador mexiquense, y muy pronto el debate se extendió.
Peña Nieto propuso revisar las alternativas posibles al tema, desde el regreso de la “cláusula de gobernabilidad” —que otorgaba la mayoría de 50% más uno de los diputados al partido que obtuviera 35% de los votos—, hasta derogar el Artículo 54 Constitucional, que estipula la cláusula de sobrerrepresentación, no mayor a ocho por ciento.
Como era de esperar, el debate se polarizó entre los que defienden el sistema actual —una suerte de representación democrática pura— y aquellos que —como Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón, un sector del PRI y hasta Santiago Creel— defienden una “mayoría estable” a partir de la llamada sobrerrepresentación. ¿Cuál de las dos fórmulas es mejor?
La primera la hemos probado desde 1997, y si bien permitió arrebatarle al PRI la mayoría en la Cámara de Diputados, también es cierto que desde entonces todos los partidos han sido incapaces de acuerdos, negociaciones y reformas como las que reclama el país. La segunda, la vivimos parcialmente en los años previos a 1997, y permitieron al PRI literalmente hacer lo que le viniera en gana.
Y no sabemos si se cumple la máxima del refranero popular: “El que hace la ley hace la trampa”. Pero lo cierto es que el PRI que pactó desaparecer la cláusula de gobernabilidad en 1996 —con lo que condenó a la ineficacia a los gobiernos de Fox y Calderón— es el mismo PRI que en 2010 propone una modalidad de esa cláusula de gobernabilidad, para hacer eficiente el Gobierno de… ¡Enrique Peña Nieto!
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