México
El puro de Diego
La desaparición de El Jefe Diego se maneja como asunto de seguridad nacional
El manejo de la crisis revela al poder suprainstitucional: el de los feudos reales; de los caciques. Diego lo es. Ha sido jefe del secretario de Gobernación; del procurador de la República. Adversario de Calderón en la lucha partidaria. Connotado negociador de asuntos relevantes por escandalosos. Ha operado con y contra Presidencia. Apoyó la quema de paquetes electorales. Le sopló a las llamas de la duda. Legitimó a Salinas. Diego es travieso. Perverso. Leyenda y mito. Exitoso y hábil. Aceptó seis hectáreas de terreno en greña, en Punta Diamante. Siendo Senador, le arrancó a Hacienda mil 800 millones a favor de su cliente Jugos del Valle. Le gritaron prevaricador. Defendió a los dueños del predio El Encino. Fue clave en el desafuero de AMLO. La huestes de El Peje lo vomitan. Tiene amigos, pero más enemigos. Desde el Senado, le construyó a Liliana León la carretera del amor, entre Tepatitlán y Arandas, Jalisco. Costó 344 millones. “Qué extraño que los amores imploren/ yo del destino si estoy enfermo/ de amor por las reinas y flores/ que adornan este camino”: digo, Diego.
Es rico y famoso. Poderoso. Codiciable. Ave de tempestades. En Twitter y Facebook lo crucifican. Circulan mensajes de odio. Tómala barbón, es el más suave. La condena a Diego deviene en absolución para los criminales que están detrás de su ausencia. Con tino escribe Ricardo Alemán: “Si no lo mataron los delincuentes, ya lo asesinaron los malquerientes”.
Hay cuatro hipótesis: 1, secuestro ordinario; 2, levantón del narco; 3, venganza profesional; 4, la guerrilla. La incertidumbre es desafío. La desaparición de Diego, secuestra la gobernabilidad. Preferimos a Diego vivo y sano. Los juicios se ventilan aparte; con acusado presente.
EL MONJE LOCO: Twitter reclama los saldos del caso. Hay diagnóstico. Flagelo y silicio. Falta método, técnica y ética. Algunos medios y periodistas no estuvimos a la altura. ¿Quiénes, eh?// Llueven las llamadas. En los periódicos, no hay tregua. Todos quieren ponerle esquelas… a las secuelas…// Bazbaz: ¡Busquen debajo de la cama!// Beltrones: ¡Diego es hombre clave! // Espino: ¡Me ganaron las ganas!// Gobernadores: ¡Es un agravio! // Cárdenas: ¡El sistema está amenazado!...// Diego: ¡No, no le tengo miedo a la muerte!
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