México
El problema de ‘‘Los con techo’’
Parece que no terminamos de entender los enormes beneficios de una ciudad compacta que desde hace más de una década describe el geógrafo escocés Rod Burgees
Hasta hace poco tiempo, los debates del sector se orientaban a cómo cumplir metas “fantásticas” para producir en serie lo que denominarían “casas”, sin importar que para hacerlo tuvieran que producir esta “oferta” sin mayor atención a la calidad y a distancias cada vez más absurdas de la ciudad y de los lugares de trabajo. Este modelo está agotado y según instituciones co-responsables de esta política errónea —como el mismo Infonavit—, ya han caído en la cuenta de que si siguen la misma ruta de decisiones políticas que fueron inadecuadas, el panorama empeorará. La fórmula de entonces fue dividir la demanda de vivienda entre el recurso público disponible, determinando así el monto a financiar para la vivienda social, pero no funcionó; se dejó en manos de los desarrolladores la responsabilidad de llegar al costo sin importar el resultado, ni las piruetas que tuvieran que hacer y las autoridades que sobornar, para lograr salir a ese precio.
En 2005 aparece un libro titulado “Los con techo”, editado por Alfredo Rodríguez y Ana Sugranyes; este documento, que toma como base el caso de Chile, señala el tremendo problema que significó la producción masiva de viviendas sociales ahora convertido en un gran problema habitacional y urbano. Este documento narra un caso similar al que hoy estamos viviendo en México, y particularmente en el Área Metropolitana de Guadalajara, donde la política pública de vivienda social (exitosa cuantitativamente) ha destruido no sólo ciudades como la nuestra, sino que también está destruyendo la calidad de vida de una gran parte de la población. “Los con techo” son ahora el nuevo problema de vivienda que enfrentamos, ya que desde el plano familiar se trata de habitantes que pagan más en transporte que en crédito, donde su patrimonio cada día vale menos y donde el hacinamiento y falta de espacios públicos adecuados genera serios problemas sociales.
Pero el problema de estos desarrollos no sólo es para los que habitan en ellos, sino que indirectamente han generado problemas a toda la ciudad. Crece la mancha urbana con una cuestionable dispersión territorial, demandando nuevos servicios y transporte que el Gobierno es incapaz de cubrir, provocando abandono en las zonas centrales originado por el aumento especulativo del costo de la tierra y por tanto de la oferta.
Parece que no terminamos de entender los enormes beneficios de una ciudad compacta que desde hace más de una década describe el geógrafo escocés Rod Burgees, quien próximamente estará en Guadalajara (COM:PlOT www.infotectura.org). Se requieren nuevas políticas habitacionales con el acuerdo de gobiernos, desarrolladores, especialistas y ciudadanos.
El derecho a la vivienda ha puesto en juego el derecho a la ciudad, queriendo satisfacer una legítima demanda de un amplio sector se ha perjudicado a ellos y a muchos más.
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