México
El peor año del siglo
La buena noticia es que el espíritu de trabajo de los mexicanos está volviendo a demostrar la entereza que es característica de la raza de bronce
Luego entonces, ni cómo echarle la culpa al Partido Revolucionario Institucional (PRI) —el villano favorito de la actual administración y el culpable de todas las ineficiencias cometidas por los prohombres del blanquiazul—, a partido de oposición alguno o a cualquier otra situación, pues como ya lo escribí, se trata de organismos internacionales que tras sus evaluaciones técnicas han determinado que México, en lugar de crecer va para atrás, y de desarrollo mejor ni hablamos, pues eso parece ser harina de otro costal, que por principio de cuentas el actual Gobierno no ha logrado entender bien a bien lo que significa la palabreja ésta.
Claro que el Presidente Felipe Calderón puede volver a descalificar las metodologías utilizadas para evaluarnos, tal como ya lo hizo el año anterior, cuando en materia Educativa salimos más raspados que una madera a punto de ser convertida en viruta, y la única explicación que dio en aquel entonces fue la diferencia de metodología aplicada, pues según sus colaboradores, las cuentas eran poco menos que alegres, hasta que llegaron los resultados de las evaluaciones independientes y nos pusieron en el lugar que realmente nos corresponde en el concierto internacional.
Y si se continúa insistiendo mediáticamente en que las cosas están mejorando, y que sólo es cuestión de percepción, pues bueno, en tal caso, habríamos de recurrir a las mejores evaluadoras del universo, las que nunca se han equivocado y que saben a ciencia cierta, sin computadoras, sin técnicas científicas, sin metodologías pulverizantes pero con la certeza de la práctica cotidiana que les permite darse cuenta de la única realidad: el “chivo” ya no alcanza, ni aun cuando los dos cabezas de la familia trabajan a la par.
Acertó usted, me refiero a las amas de casa, quienes enfrentan a diario la desesperación de no poder adquirir lo que ellas y su familia necesitan y/o están acostumbrados.
La buena noticia es que el espíritu de trabajo de los mexicanos está volviendo a demostrar la entereza que es característica de la raza de bronce de la que tanto nos enorgullecemos, por lo que pese a los dizque políticos que padecemos —de todos los colores—, habremos de salir adelante, aunque ello nos habrá de llevar algunos años más de caída libre, pero estoy convencido de que el pueblo habrá de salir adelante.
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