México

El otro ''ejército'' devuelve pulcritud al Centro Histórico

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CIUDAD DE MÉXICO (17/SEP/2010).- Después de la fiesta vino la danza de las escobas. Una tras otra, coordinadas y certeras, al terminar la intensa noche de festejos por el Bicentenario de la Independencia de México, las escobas rasparon en silencio las calles que poco a poco fueron quedando vacías, solitarias, oscuras.

Antes de que la madrugada del 16 de septiembre cayera por completo en la zona de la celebración, cientos de barrenderos, 850 para ser precisos, se dispersaron por el Paseo de la Reforma, el Centro Histórico y el Zócalo para recoger los residuos de la fiesta. A las cuatro de la mañana, el primer cuadro de la ciudad ya estaba listo.

Parecían hormigas trabajando, hormigas con uniforme amarillo, chalecos reflejantes y escoba en mano que, casi siempre en silencio, pero con velocidad, sabían con exactitud lo que tenían que hacer, el espacio que debían barrer. Unos acumulaban en montoncitos la basura y detrás, otros recogían y depositaban en un bote que otros más empujaban. Todos, en equipo, para acabar a tiempo.

Eran una ola silenciosa, que muchas veces pasaba inadvertida entre borrachos y somnolientos, que reparaba el desaliño en que había quedado la ciudad después del festejo.

La basura que quedó entre plantitas del camellón del Paseo de la Reforma, por ejemplo, fue retirada a mano, con paciencia, con dedicación.

De glorieta a glorieta, sobre Reforma, se formaron brigadas de hasta 70 personas, hombres, mujeres, jóvenes, adultos, cuya misión era devolverle a la vialidad su pulcritud, poco a poco, como el desalojo de la gente lo fuera permitiendo.

Tan pronto como se liberaba una banqueta o una esquina, el equipo de barrenderos ya estaba en la zona, recogiendo la basura acumulada. Si se volvía a ensuciar, la brigada ya estaba ahí. Cada vez se veía menos basura.

De hecho, desde las cuatro de la tarde y después del paso del desfile de carros alegóricos, integrantes de ese ejército de recolección de basura reunían lo que se encontraran a su paso y vaciaban los botes que se iban llenando. “Así, vamos avanzando para que al final sea menos y cuidamos la imagen del evento”, explicó Óscar Castillo, subdirector de Apoyo a la Recolección de la Dirección de Servicios Urbanos de la Secretaría de Obras, quien estimó que durante los festejos del 15 de septiembre se recogieron poco menos de 250 toneladas de basura.

En un recorrido durante la madrugada del día 16, explicó que el equipo a su mando estaba preparado para una acumulación de gente sin precedentes, con 40 vehículos recolectores, 16 barredoras y cientos de personas, pero el control para ingresar ayudó mucho, pues no hubo tanto comercio ambulante y por lo tanto, hubo menos basura.

Al final del desfile, el Gobierno local informó que entre el 15 y 16 de septiembre recolectaron 518 toneladas de basura.
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