México

El narco sorprende

Cuando parecía pues, que ya no había sorpresas, apareció una más: los policías se pasan a la ilegalidad y los malhechores investigan delitos

Cuando ya casi no cabía más espacio para la sorpresa, apareció en la página de internet de youtube.com un video donde se puede ser testigo de los últimos minutos de vida de un muchacho de apenas 25 años de edad, Rodolfo Nájera, quien vigilado por dos sicarios —supongo que ellos saben a su vez, que un día cualquiera pueden correr la misma suerte—, declara ante una cámara, con la cara hinchada por los golpes, que es un policía de Ciudad Lerdo y que la directora del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Gómez Palacio, Durango, conoce y tolera la salida ilegal de un grupo de presos que, con vehículos y armas oficiales, abandonan cada noche la cárcel para “salir a hacer desmadre” por la región. Una de tantas noches viajaron hasta Torreón y asesinaron en pocos segundos a 17 personas que departían en una fiesta en el “Italia Inn”, un salón de nombre tan estrambótico y fuera de lugar como todo lo que nos está sucediendo a los mexicanos.

Decía que ya casi no teníamos lugar para el asombro porque, supuse mal, nos hemos acostumbrado a todo en este huracán de violencia y muerte. Pero ese video vuelve a sumirnos en el estupor porque otro joven es ejecutado vía electrónica, pues todos sabemos que cuando concluyan los casi 10 minutos del video en el que “canta” los delitos de otros, va a ser asesinado; nos atemoriza porque ahora vemos que unos pistoleros integrantes de los Zetas “investigan”, tortura de por medio, los hechos delictivos que tienen lugar en una cárcel estatal donde, se supone, los condenados están para rehabilitarse y reinsertarse en la sociedad.

Y más consterna que apenas unas horas después, la directora del Cereso, Margarita Rojas Rodríguez, fue detenida y está arraigada para que se investigue lo que el fallecido Rodolfo Nájera declaró para unos criminales antes de que lo mataran. Faltan calificativos para describir las declaraciones del vocero de la PGR, Ricardo Nájera, al reconocer que efectivamente (¡ya tienen las pruebas!), al menos dos de las armas de los custodios de la cárcel estatal duranguense, fueron utilizadas en asesinatos masivos en Torreón.

Todo lo dicho por los funcionarios de la Secretaría de Gobernación desde su protegida oficina y naturalmente, todo lo que aparece en el video de referencia, debe ponerse en duda. Todos los hechos deben pasarse por el tamiz de la suposición, porque de lo único que se puede estar seguro en la actual situación, es que efectivamente están rebasadas las autoridades cuando los mismos delincuentes hacen, para su ilegal beneficio, la investigación que a éstas les correspondía.

Cuando parecía pues, que ya no había sorpresas, apareció una más: los policías se pasan a la ilegalidad y los malhechores investigan delitos. Y cabe otra pregunta: ¿Qué ley aplicarán a la muerte del policía de Lerdo?
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