México
El miedo
La madre de todos los pensamientos es la poesía. Sin poesía no hay filosofía ni leyes que rijan la dignidad humana
Debemos comenzar a criticar, protestar, imaginar y proponer, de una manera activa y participante. Creemos que nos urge inventar recursos para ser quienes somos y no quienes nos están acorralando a ser. Tratando de superar, nosotros también, nuestra aparente rendición ante lo que nos sucede.
Estamos hasta la madre nos reclama Javier Sicilia ante lo que es la brutal perdida de un hijo a manos de burdos criminales.
“Lo que hoy quiero decirles desde esas vidas mutiladas, desde ese dolor que carece de nombre porque es fruto de lo que no pertenece a la naturaleza –la muerte de un hijo es siempre antinatural y por ello carece de nombre: entonces no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada. Para ese dolor no hay palabras, sólo la poesía puede acercarse un poco a él”. (Javier Sicilia)
Estamos en un mundo enfermo e inhumano. Antes se tenía miedo de las fuerzas de la naturaleza, ante las cuales no tenemos mucha defensa, de demonios amenazadores o de dioses vengativos. Hoy tenemos miedo de nosotros mismos, de las armas de destrucción masiva, de las guerras de grandísima destrucción. Tenemos miedo de los asaltos en la calle. Tenemos miedo hasta de los niños de la calle que nos pueden amenazar.
El miedo pertenece a nuestra existencia. Hay cuatro miedos fundamentales: el miedo a que nos quiten la individualidad y nos hagan dependientes o un mero número; el miedo a que nos corten las relaciones y nos castiguen a la soledad y al aislamiento; el miedo ante cambios que pueden afectar la profesión, la salud, y al límite, la propia vida; el miedo ante realidades inevitables y definitivas como la muerte. La forma en que nos enfrentamos a estos miedos existenciales marca nuestro proceso de individuación. Si lo hacemos con valor, superando dificultades, crecemos. Si huimos y tratamos de evitarlos, acabamos debilitados y hasta avergonzados.
El miedo pues, forma parte de nuestra condición humana. Se transforma en patología y neurosis cuando se busca evitarlo de tal forma que trastorna toda una realidad social y hace del espacio una especie de campo de batalla.
Y retomando a Javier Sicilia: “Estamos hasta la madre porque su violencia se ha vuelto infrahumana, no animal –los animales no hacen lo que ustedes asesinos hacen-, sino subhumana, demoníaca, imbécil. Estamos hasta la madre porque en su afán de poder y de enriquecimiento humillan a nuestros hijos y los destrozan y producen miedo y espanto”.
Ustedes “señores” políticos y ustedes “señores” criminales –lo entrecomillo porque ese epíteto se otorga sólo a la gente honorable-, están con sus omisiones, sus pleitos y sus actos envileciendo a la nación”.
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