México
¿El fin del sexenio?
Existe la probabilidad fundada de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se lleve en las elecciones de este año el ‘‘carro completo’’
Oaxaca parece ser la elección más competida, quizá también Sinaloa, pero de ahí en fuera no se ven pistas de que no haya otro ganador que no sea el PRI. Si esto sucede, el sexenio de Calderón duraría menos de cuatro años. El Presidente estaría copado por todos lados. No tiene mayoría en las cámaras, a lo que se va a sumar la abrumadora presencia del PRI en los estados, desde donde, como se sabe, en buena medida se gobierna. Calderón quedaría fuera de la jugada. No podría dar paso alguno sin antes consultarlo con los del tricolor, lo que derivaría en que el poder se estuviera ejerciendo desde otros ámbitos, como de hecho ya a veces ha estado pasando, y no necesariamente desde Los Pinos. La posible derrota del Partido Acción Nacional (PAN) en julio es la derrota no sólo de un partido, es también la derrota de la Presidencia bajo el mando de Calderón y del mismo Fox.
En Los Pinos no han querido ver la infinidad de mensajes que ha estado enviando la sociedad. No pareció que entendieran la elección de 2009. El Presidente tardíamente cambió al dirigente de “su” partido y terminó saliéndole igual o peor. César Nava no ha logrado amarrar una, y cuando supuestamente la tenía, le apareció la verdadera cara del PRI para hacerle ver no sólo su inexplicable novatez, sino también su falta de autoridad en el partido que dirige. Entre Nava y Martínez sólo hay una diferencia: el tono de voz. Uno ha apostado por hacer público lo privado, en tanto que el otro hizo de las elecciones un referéndum del cual salió su partido riesgosamente derrotado.
El PAN va a la derrota porque no ha sabido gobernar y porque el partido ha dejado de funcionar como tal, y esto, por cierto, no es una buena noticia. Vamos rumbo a la pérdida de los necesarios equilibrios para gobernar y podemos regresar, ahora bajo un régimen democrático con todas su imperfecciones, a la era del partido único. Hay pocos caminos. Uno de ellos son las candidaturas ciudadanas o independientes. Pueden ser la respuesta a los desequilibrios, y más cuando el sexenio va que vuela para que dure menos de cuatro años.
¡OUUUCHCH! Desde Bolivia, el pollo con “hormonas femeninas” y los “pelones y los transgénicos” evidenciaron, otra vez, cómo muchas veces la izquierda es más derecha que la derecha.
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