México

El ejemplo de Don Luis

Aunque suene exagerado, Don Luis es uno de los políticos en activo que se cuentan con los dedos de una mano

El chihuahuense Luis H. Álvarez se mantiene a los 87 años de edad como ejemplo de verticalidad y congruencia política, como panista. Don Luis fue candidato a la gubernatura de su Estado y luego candidato a la Presidencia de la República. Finalmente, en 1983 ganó la alcaldía de Chiahuahua capital y ejerció el poder municipal sin contaminar de ambición sus ideales democráticos.

Alguna vez me contó que cada mañana, al llegar como presidente que era al Palacio Municipal, el soldado que custodiaba la puerta lo recibía con un saludo militar, al tiempo que hacía sonar los tacones de sus botas, al chocarlos. “A los cuantos días, como que empezó a gustarme el tronidito de las botas”, confesó sonriente Luis H. Álvarez para ilustrar las pequeñas o grandes tentaciones del poder. No sucumbió, por supuesto, otros sí.

Rescato este párrafo descriptivo que forma parte del prólogo de mi libro “La multiplicación de los panes”, publicado en 2007. El prólogo fue escrito por el colega y amigo Francisco Ortiz Pinchetti, reportero de largas décadas en el oficio, cuyo trabajo fue baluarte de los mejores tiempos de la revista Proceso, dirigida por Julio Scherer. “Paco” reporteó toda la lucha de Don Luis Héctor Álvarez en Chihuahua, que en 1986 lo llevó a sostener una prolongada huelga de hambre ante el evidente despojo de su triunfo en las urnas por la gubernatura de ese Estado. Auténtico apóstol de la democracia, enfundado desde su más tierna juventud en los colores panistas, a los que abanderó en 1958 como candidato presidencial, este político recibió ayer en el Senado de la República la Medalla Belisario Domínguez.

Aunque suene exagerado, Don Luis es uno de los políticos en activo que se cuentan con los dedos de una mano, con autoridad moral como para darle validez a sus dichos, a sus propuestas, a sus críticas del sistema que hemos forjado, aun sabiendo que se trata probablemente del más importante mentor que haya tenido el Presidente Felipe Calderón, junto con el extinto Carlos Castillo Peraza.

Don Luis habló ayer al recibir la Medalla Belisario Domínguez, en una hora de definiciones para su partido, para el Gobierno de Calderón, y para el país. En vísperas de que el PAN elija nuevo jefe nacional, afirmó: “Es necesario llegar a coincidencias con base en el diálogo político para establecer programas de acción conjuntos para fortalecer la gobernabilidad y la justicia en un marco de democracia y legalidad”.

Bien les viene escuchar, tomar nota y actuar en consecuencia a esos políticos de discursos huecos, que presumen poses en lugar de programas, que se refugian en la escenografía antes que afrontar la realidad. Ésos que llegaron al poder y sólo buscan el “tronidito” de las botas de sus múltiples guardias.
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