México
El deslenguado cardenal
No es la primera vez que el medieval cardenal tapatío sobrepasa los límites y viola las leyes que no le permiten expresar en público sus opiniones políticas
Y a ustedes, ¿les gustaría ser adoptados por un cardenal? A mí no, y menos si se trata de un cardenal como el de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, que hace de sus respetables creencias y posiciones personales dogmas, y no de fe, sino de ataque y descalificación a los que no piensan como él.
No es la primera vez que el medieval cardenal tapatío sobrepasa los límites y viola las leyes que no le permiten expresar en público sus opiniones políticas y, seguramente, como las otras veces, no pasará nada porque Sandoval es un prelado que goza de todas las simpatías y apoyos de los gobiernos panistas.
Lo más grave de los dichos del cardenal, en los que acusa de complots y sobornos a los ministros de la Corte y a Marcelo Ebrard, no son esas acusaciones delicadas que tendría que probar; lo lamentable es que el señor que dice ser un guía espiritual discrimine y estigmatice a los que tienen preferencias, ya no distintas a las suyas —porque no sabemos qué prefiere el cardenal—, simplemente distintas a las que él cree “normales” o las que, dice, son las aceptadas o validadas por su concepto religioso.
Las posiciones y opiniones del cardenal son respetables, incluso si disiente de lo que aprobaron en la Corte; lo inaceptable es que un jerarca propague la homofobia u otras formas de discriminación como un precepto religioso, casi llamando a sus feligreses a linchar y a rechazar a quienes tienen orientaciones u opiniones distintas de cualquier tipo. Ese es el principio de la intolerancia y la semilla de la Inquisición, que tantas vidas y dolor cobró en la historia humana, y que fue ya objeto de disculpas y reconocimientos de la Santa Sede.
En junio de 2004, en un pronunciamiento histórico, el Papa Juan Pablo II pidió perdón “por los pecados de intolerancia y los abusos” cometidos por los tribunales de la Iglesia Católica entre el siglo XIII y el XIV. Entonces, un año antes de morir, el Papa pedía perdón y se decía, desde El Vaticano, que ese acto de humildad tenía que ser ejemplo “para que en el presente y el futuro la Iglesia defienda la verdad sin defender métodos violentos e intolerantes”. Hoy, seis años después, el cardenal Sandoval vuelve a enarbolar la intolerancia y la violencia verbal para defender su verdad.
Notas indiscretas... En una jugada de tres bandas que se concretaría en las próximas horas, el PRI en San Lázaro podría negociar darle al PVEM la presidencia de la Mesa Directiva para el periodo ordinario; con ello, no sólo evitarían un conflicto interno ante la falta de acuerdo entre los grupos priistas para nombrar a un presidente del PRI, sino que amarrarían la alianza con el PVEM para los comicios del Edomex y para el 2012. De paso, los priistas evitarían que el PRD los acuse de agandallarse la Mesa Directiva. La negociación se define antes del fin de semana porque el lunes, en Ixtapan de la Sal, los priistas tienen su reunión plenaria auspiciada por Peña Nieto.
Regresan los dados. Escalera doble.
No es la primera vez que el medieval cardenal tapatío sobrepasa los límites y viola las leyes que no le permiten expresar en público sus opiniones políticas y, seguramente, como las otras veces, no pasará nada porque Sandoval es un prelado que goza de todas las simpatías y apoyos de los gobiernos panistas.
Lo más grave de los dichos del cardenal, en los que acusa de complots y sobornos a los ministros de la Corte y a Marcelo Ebrard, no son esas acusaciones delicadas que tendría que probar; lo lamentable es que el señor que dice ser un guía espiritual discrimine y estigmatice a los que tienen preferencias, ya no distintas a las suyas —porque no sabemos qué prefiere el cardenal—, simplemente distintas a las que él cree “normales” o las que, dice, son las aceptadas o validadas por su concepto religioso.
Las posiciones y opiniones del cardenal son respetables, incluso si disiente de lo que aprobaron en la Corte; lo inaceptable es que un jerarca propague la homofobia u otras formas de discriminación como un precepto religioso, casi llamando a sus feligreses a linchar y a rechazar a quienes tienen orientaciones u opiniones distintas de cualquier tipo. Ese es el principio de la intolerancia y la semilla de la Inquisición, que tantas vidas y dolor cobró en la historia humana, y que fue ya objeto de disculpas y reconocimientos de la Santa Sede.
En junio de 2004, en un pronunciamiento histórico, el Papa Juan Pablo II pidió perdón “por los pecados de intolerancia y los abusos” cometidos por los tribunales de la Iglesia Católica entre el siglo XIII y el XIV. Entonces, un año antes de morir, el Papa pedía perdón y se decía, desde El Vaticano, que ese acto de humildad tenía que ser ejemplo “para que en el presente y el futuro la Iglesia defienda la verdad sin defender métodos violentos e intolerantes”. Hoy, seis años después, el cardenal Sandoval vuelve a enarbolar la intolerancia y la violencia verbal para defender su verdad.
Notas indiscretas... En una jugada de tres bandas que se concretaría en las próximas horas, el PRI en San Lázaro podría negociar darle al PVEM la presidencia de la Mesa Directiva para el periodo ordinario; con ello, no sólo evitarían un conflicto interno ante la falta de acuerdo entre los grupos priistas para nombrar a un presidente del PRI, sino que amarrarían la alianza con el PVEM para los comicios del Edomex y para el 2012. De paso, los priistas evitarían que el PRD los acuse de agandallarse la Mesa Directiva. La negociación se define antes del fin de semana porque el lunes, en Ixtapan de la Sal, los priistas tienen su reunión plenaria auspiciada por Peña Nieto.
Regresan los dados. Escalera doble.
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