México
El contrato Peña-Nava
No es un compromiso de palabra, una carta ni un documento cualquiera. Es un contrato. Un contrato notariado
Las firmas: César Nava y Beatriz Paredes como partes involucradas directamente, y Fernando Gómez Mont y Luis Miranda como testigos de honor. Respectivamente, los dirigentes nacionales de PAN y PRI, el secretario de Gobernación y el secretario de Gobierno mexiquense, que se entiende aparece como representante del mandatario estatal Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con distintas fuentes de primer nivel consultadas por este reportero, la historia de este contrato se remonta a octubre del año pasado: frente al entonces secretario de Hacienda, Agustín Carstens, los priistas ofrecieron apoyar el paquete de impuestos 2010 planteado por el Gobierno federal, a cambio de que el PAN no se coaligara con el PRD para disputarle gubernaturas al PRI.
Se aceptó el trato. Se selló el pacto. En la recta final de 2009, tras la aprobación de los nuevos impuestos con la mayoría PAN-PRI en el Congreso, al menos dos mandatarios tricolores —Enrique Peña y Ulises Ruiz— quisieron amarrar sus negociaciones y echaron mano de su interlocutor confiable: el secretario de Gobernación.
Fernando Gómez Mont no estuvo directamente participando en el detalle de los cabildeos del paquete fiscal, porque por esas fechas se concentró en la operación política de la extinción de Luz y Fuerza del Centro; pero pasada la marea eléctrica, abrazó el tema para alinear los intereses de los actores involucrados y refrendar —con el compromiso de César Nava para cerrar la pinza de Gobierno y partido— los términos del pacto, de los que fue enterado el Presidente Felipe Calderón.
Peña Nieto exigió un documento firmado que se tradujo en un contrato donde Nava, con el aval de Gómez Mont, firma que no hará alianzas en la sucesión mexiquense, programada para 2011. Ulises Ruiz no pidió nada por escrito: “Me basta con tu palabra, secretario”, le dijo al de Gobernación, según han relatado a este reportero varios participantes en las negociaciones del pacto.
Por eso cuando César Nava violó el acuerdo y faltó a su palabra al anunciar que el PAN iba con el PRD para arrebatarle Oaxaca al PRI, Fernando Gómez Mont no tuvo otra salida más que la renuncia a su militancia panista, para salvaguardar el valor de su palabra y proteger al Presidente Calderón, a quien podría llegarle el reclamo de que su parte no había cumplido.
Saciamorbos
Antes de renunciar al proceso interno priista para la sucesión en Sinaloa, habló personalmente con el mero jefe de la campaña panista.
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