México

El batazo de Cananea

El pasado domingo se fueron al béisbol 600 de los 800 trabajadores y no cumplieron con la guardia de la mina Cananea

La noche del sábado 10 de octubre de 2009 el país estaba borracho de felicidad por el triunfo de México 4-1 contra la Selección Nacional de futbol de El Salvador.

La euforia fue aprovechada por el Gobierno federal para ocupar con 500 policías federales las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro, cuando los integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas estaban también —con la inmensa mayoría de los ciudadanos— en la fiesta del “¡Nos vamos al Mundial!”.

El futbol les hizo bajar la guardia y les metieron el gol.

El pasado domingo 6 de junio, se fueron al béisbol aproximadamente 600 de los 800 trabajadores que normalmente hacían guardia para que la mina Cananea no fuera tomada por el Gobierno, luego de casi tres años en huelga.

Los reportes de inteligencia del gabinete de Seguridad del Presidente Calderón relatan que esa coyuntura deportiva delineó la orden para que dos mil elementos de la Policía Federal entraran a las instalaciones y las controlaran. Bajaron la guardia y los poncharon.

Los citados informes explican que personal policíaco aprovechó la colindancia del complejo minero con la Sierra para irse infiltrando sin encontrar la resistencia de los liderados por Napoleón Gómez Urrutia, “El Napito”, que, de acuerdo con sus cálculos, podrían llegar a dos mil 200 simpatizantes en pie de lucha.

Aunque siguen expuestas las heridas laborales por la toma de la mina (un par de policías que se desprendieron de su contingente para ir por unas tortillas terminaron perseguidos por los sindicalizados), este conflicto podría tener un desarrollo mucho menos áspero que el de los electricistas de Luz y Fuerza del Centro: primero, porque no es un movimiento que hierva en la capital del país, y eso matiza su caja de resonancia; y segundo, porque a diferencia del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), donde la mayoría de los agremiados terminarían despedidos, el plan de la Secretaría del Trabajo y la empresa Grupo México es recontratar a 60 por ciento.

No obstante, este partido no termina hasta que caiga el último out, y el movimiento de Cananea, que declaró la huelga por motivos políticos relacionados con la defensa de “El Napito” —prófugo de la justicia desde hace cuatro años y medio—, puede tener bateadores emergentes y pitchers relevistas que lancen bolas curvas. Veremos las próximas entradas.

Saciamorbos

Parece que a diferencia de todas las personas públicas de México, este reportero no se considera amigo de Monsiváis ni amigo de Saramago, aunque sí admirador.
 
Descansen en paz y ojalá no hubiera tantos intentos, de izquierda y de derecha, por privatizar sus funerales.
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