México
El agarrón secreto Germán-Espino
Este lunes que abrió el mes de marzo fueron 34 los que presenciaron uno de los ''agarrones'' más simbólicos de los dos bandos que existen al interior del PAN
En la sala con espacio para los 52 integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del
Partido Acción Nacional (PAN) difícilmente se juntan todos. Este lunes que abrió el mes de marzo fueron 34 los que presenciaron uno de los “agarrones” más simbólicos de los dos bandos que existen al interior de este partido. Fuera de la agenda pactada, el ex dirigente nacional
Manuel Espino se inscribió para tomar la palabra sobre el tema de la campaña política en Veracruz. Tenía una espina clavada: que Miguel Ángel Yunes hubiera sido nombrado candidato blanquiazul al Gobierno de esa Entidad.
Encendió el micrófono y los ánimos: reprochó que hace tres años el Presidente Calderón vetó la inclusión de Yunes en las listas de candidatos panistas al Congreso, y ahora lo avalara para ser su abanderado a una gubernatura, diluyendo así la doctrina panista, dejando además al PAN como un partido subordinado a él, al Primer Mandatario, que simplemente acata sus órdenes.
Lo que no esperaba Espino es que saltara a responderle Germán Martínez, también ex dirigente nacional panista. Sacó de sus papeles una fotografía de Espino con una boleta electoral en la mano cruzándola a favor del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y llamando a votar por los tricolores: ninguno de estos presidentes nacionales del PAN —acusó Martínez mientras señalaba las imágenes de sus legendarios líderes colgando de la pared del salón—convocó a votar por el PRI, así que no venga a envolverse en la bandera de la doctrina.
Espino buscó atajar y dijo que, en efecto, en agosto de 2006 llamó a sufragar por el PRI de José Antonio Aguilar Bodegas por una alianza de facto en Chiapas para ganarle —que no se logró— a Juan Sabines, abanderado fundamentalmente por el Partido de la Revolución Democrática (PRD); y repartió culpa al confesar que lo hizo por instrucciones del equipo de transición del entonces mandatario electo Felipe Calderón, expresada a través de Juan Camilo Mouriño, Josefina Vázquez Mota y el propio Germán Martínez.
Que quede asentado en actas, solicitó Martínez al rebatirle, que no sólo aceptó ser el primer dirigente nacional panista que pide votar por el PRI, sino que acató las órdenes ya no de un presidente o de un presidente electo, sino de los colaboradores de un equipo de transición.
No fue orden, fue sugerencia, intentó defenderse Espino. Y ahí quedó lo que al final fue retórica, pues Yunes será el encargado de enfrentar —horma de zapato— al aparato priista de Fidel Herrera, que lleva como candidato a Javier Duarte.
No fue la primera de Germán Martínez contra Manuel Espino en el seno del CEN del PAN. Apenas cuando Espino se oponía a la coalición con el PRD en Oaxaca, Martínez sacó un documento donde se enlistaban los negocios del Gobierno del priista Ulises Ruiz con empresas constructoras de Nahum Acosta, cercano colaborador de Espino, recomendado por él para entrar a Los Pinos con Fox, de donde salió detenido bajo sospecha de colaborar con narcotraficantes, de lo que quedó judicialmente exonerado.
Saciamorbos
Protegido de la familia Mouriño, candidato perdedor al Gobierno de Campeche, ahora nombrado jefe de los negocios marítimos de Petróleos Mexicanos (Pemex)... pasó de una agencia de coches a manejar 45 mil millones de dólares de la paraestatal.
Encendió el micrófono y los ánimos: reprochó que hace tres años el Presidente Calderón vetó la inclusión de Yunes en las listas de candidatos panistas al Congreso, y ahora lo avalara para ser su abanderado a una gubernatura, diluyendo así la doctrina panista, dejando además al PAN como un partido subordinado a él, al Primer Mandatario, que simplemente acata sus órdenes.
Lo que no esperaba Espino es que saltara a responderle Germán Martínez, también ex dirigente nacional panista. Sacó de sus papeles una fotografía de Espino con una boleta electoral en la mano cruzándola a favor del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y llamando a votar por los tricolores: ninguno de estos presidentes nacionales del PAN —acusó Martínez mientras señalaba las imágenes de sus legendarios líderes colgando de la pared del salón—convocó a votar por el PRI, así que no venga a envolverse en la bandera de la doctrina.
Espino buscó atajar y dijo que, en efecto, en agosto de 2006 llamó a sufragar por el PRI de José Antonio Aguilar Bodegas por una alianza de facto en Chiapas para ganarle —que no se logró— a Juan Sabines, abanderado fundamentalmente por el Partido de la Revolución Democrática (PRD); y repartió culpa al confesar que lo hizo por instrucciones del equipo de transición del entonces mandatario electo Felipe Calderón, expresada a través de Juan Camilo Mouriño, Josefina Vázquez Mota y el propio Germán Martínez.
Que quede asentado en actas, solicitó Martínez al rebatirle, que no sólo aceptó ser el primer dirigente nacional panista que pide votar por el PRI, sino que acató las órdenes ya no de un presidente o de un presidente electo, sino de los colaboradores de un equipo de transición.
No fue orden, fue sugerencia, intentó defenderse Espino. Y ahí quedó lo que al final fue retórica, pues Yunes será el encargado de enfrentar —horma de zapato— al aparato priista de Fidel Herrera, que lleva como candidato a Javier Duarte.
No fue la primera de Germán Martínez contra Manuel Espino en el seno del CEN del PAN. Apenas cuando Espino se oponía a la coalición con el PRD en Oaxaca, Martínez sacó un documento donde se enlistaban los negocios del Gobierno del priista Ulises Ruiz con empresas constructoras de Nahum Acosta, cercano colaborador de Espino, recomendado por él para entrar a Los Pinos con Fox, de donde salió detenido bajo sospecha de colaborar con narcotraficantes, de lo que quedó judicialmente exonerado.
Saciamorbos
Protegido de la familia Mouriño, candidato perdedor al Gobierno de Campeche, ahora nombrado jefe de los negocios marítimos de Petróleos Mexicanos (Pemex)... pasó de una agencia de coches a manejar 45 mil millones de dólares de la paraestatal.
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