México
El Salvador exime a México de responsabilidad
Mauricio Funes, presidente de El Salvador, señaló que el asesinato de indocumentados es una provocación del crimen organizado al trabajo eficiente del Gobierno mexicano
El mandatario salvadoreño, de visita en Los Pinos, aceptó las condolencias del Presidente Felipe Calderón, y subrayó que ambos países son hermanos y pese a la gravedad de la tragedia, las relaciones bilaterales no se verán afectadas.
Funes recordó que envió una carta al Presidente Calderón en la que expresó su consternación por la muerte de los 13 salvadoreños, la cual consideró una clara provocación del crimen organizado al trabajo eficiente y exitoso que lleva a cabo el Gobierno mexicano.
Agregó que la intención de su vista es poner el tema del crimen organizado en la agenda prioritaria de la comunidad internacional, porque “el mundo no debe dejar sólo a México y a Centroamérica en esta batalla que libramos contra ese flagelo”.
El mandatario salvadoreño resaltó que se comienza a dar pasos positivos en dirección a una lucha conjunta y unificada contra los delincuentes, por lo que “queremos coordinarnos para llevar esta voz de alerta y esta llamada de atención a los foros internacionales”.
Asimismo, manifestó su satisfacción por el compromiso de crear un grupo de alto nivel que permita enfrentar conjuntamente la problemática que representa la migración, pero también el flagelo del crimen organizado, que no sólo afecta a México, sino a toda la región.
“Son fenómenos que nos amenazan, pero que también amenazan a todo el mundo, en particular El Salvador ve con suma preocupación la cada vez mayor incidencia del crimen organizado en la vida de las naciones de la región, fue un tema que acabamos de conversar también con el Presidente Felipe Calderón”.
El Grupo de alto Nivel sobre Seguridad y Justicia entre México y El Salvador estará encabezado por los titulares de las dependencias encargadas de la seguridad y procuración de justicia entre ambos países.
TELÓN DE FONDO
Da la cara
La masacre de 72 inmigrantes a manos de “Los Zetas” en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, el 25 de agosto, conmocionó América Latina y las voces de repudio de diplomáticos de Ecuador, Honduras, Guatemala, El Salvador y Brasil no se hicieron esperar.
La muerte a mansalva de 72 personas que buscaban el sueño americano marcó a México, país donde la violencia sentó sus reales, ante la incapacidad de las autoridades de seguridad.
Pero este caso, quizá el más cruel del que se tiene memoria en el país, habla de deficiencias en el Instituto Nacional de Migración, que deja indefensos a los ilegales que pasan por México, quienes son presa fácil del crimen organizado.
Hasta la fecha las autoridades sólo tienen a ocho detenidos vinculados con la matanza, pero el Gobierno mexicano ha tenido que poner la mejilla ante los reclamos de esclarecer los hechos por parte de las naciones afectadas.
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