México
El Palacio de vallas artes
Inaugurado en 1934, la caja de mármol, como también se conoce al Palacio de Bellas Artes, abrió sus puertas por primera vez
El día de ayer, en medio de un fuerte operativo militar, mayor al que habitualmente realiza el Estado Mayor Presidencial en las inauguraciones a las que asiste el Presidente de la República, vallaron toda la Alameda Central y zonas aledañas, para mostrar la remodelación de la capacidad instalada del edificio.
Fue inaugurado, como se inauguran las obras en México, tarde e incompleta.
El calendario inicial y la plazoleta ubicada en la parte izquierda de su ingreso son testigos de esta afirmación.
Tablones de madera tratando de tapar lo inacabado, el enjarre de los machuelos a cielo abierto, los albañiles esparciendo agua con mangueras para amainar el molesto polvo que el viento levantaba, mientras los militares entorpecían el paso de los transeúntes emparedados detrás de las vallas.
Toda una estampa conmemorativa, distinta a la del domingo 29 de septiembre de 1934, cuando el presidente Abelardo L. Rodríguez inauguró el edificio.
En fin, una estampa representativa de lo que no pudo cambiar la dichosa Revolución Mexicana en nuestros gobiernos.
El festejado palacio forma parte de la lista de obras inacabadas anunciadas para los festejos del Bicentenario de la Independencia y del Centenario del inicio de la Revolución Mexicana.
Al igual que la columna Bicentenario, cuya convocatoria por cierto, solicitó a los concursantes un arco y el dictamen sorpresivamente terminó premiando una columna.
Al igual también que el Parque Bicentenario ubicado en la ex refinería 18 de Marzo de la Ciudad de México, inaugurado por el Presidente sin estar acabado por supuesto, pues de las cinco áreas temáticas que fueron concebidas dentro de las 55 hectáreas saneadas, sólo cuatro fueron abiertas al público, es más, el “Jardín Agua”, cuya principal atracción sería el “Gran Lago” con embarcadero, apenas está en etapa de planeación.
Una obra más de esta lista es la nueva sede de la vagancia subsidiada, el Senado de la República de Avenida Reforma.
Asimismo, la promesa de tener el museo del cine mexicano, una ley general de cultura… Sin embargo, en el caso de la remodelación del inmueble en cuestión, en algo tiene razón la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, al afirmar que lo importante era que las obras hechas con los más de 600 millones de pesos quedaran perfectamente terminadas, si no en el marco del Bicentenario, en el del Centenario. Quien esto escribe no duda lo bien que quedará el recinto, el monto de la inversión lo exige.
Lo que lamento y padezco, son las visitas del Presidente al inmueble en las inauguraciones de las exposiciones, en que el Estado Mayor Presidencial convierte la caja de mármol en el palacio de vallas artes.
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