México
El Negro y el Alcalde
Si alguien piensa que la ultraderecha más fuerte de México está en el Bajío, que se dé una vuelta por San Pedro Garza García, Nuevo León
San Pedro es el municipio más rico del país y, como ahí tienen sus casas algunos de los hombres más poderosos y acaudalados de México, lo han logrado aislar de todo problema urbano como inseguridad o mal transporte. Ante los contundentes resultados, nadie pregunta.
Su alcalde, el excéntrico y boquiflojo Fernández, perteneciente a una de las familias más acaudaladas del mundo, poseedor de la lujosa vivienda “La Milarca”, fue el hilo conductor que despertó las primeras investigaciones de la PGR y la PGJDF, que halló el cadáver de El Negro junto con los de tres familiares suyos en la delegación Miguel Hidalgo.
Sobre todo porque es bien sabido en el ámbito policiaco que desde que comenzó la era del secuestro en México los grupos económicos del Norte acordaron financiar un grupo paramilitar, entrenado por los cuerpos de élite de la Mossad israelí, que no tuviera que responder a Constitución, congresos, políticos, Derechos Humanos, no mirara en atribuciones ni divisiones o equilibrios de poderes, sino que se conformaran como “grupos rudos” —así les llamó Fernández— que combatan a la delincuencia.
Y a los que no le parezca… —la deja ver Fernández—. El asunto es que la impunidad, la desesperación social por encontrar rutas de eficacia frente a la delincuencia, hace que “a los que no les parezca” sean cada vez menos: cuando el edil anunció en su toma de posesión la ejecución de El Negro se llevó una ovación de pie. ¿Por qué? “Porque la gente ve que hay alguien que está haciendo algo frente al problema”, responde el panista.
Un cártel con operaciones internacionales, una guerra declarada a nivel nacional por el Presidente, un Ejército que comanda los operativos antinarco, un gabinete de seguridad federal que estructura sus estrategias, unos capos buscados por Interpol, un jefe de plaza del corazón industrial del país ejecutado, cuatro cadáveres que aparecen en la capital… y un alcalde, un simple alcalde que presume que él sí “está haciendo algo”.
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