México

Eficiencia y efectividad

Cuando sustituyamos eufemismos como ''delincuencia o crimen organizados'' por cómplices culpables auténticos habremos abatido la corrupción

Cuando sustituyamos eufemismos como “delincuencia o crimen organizados” por cómplices culpables auténticos habremos abatido la corrupción. La contundencia en hombres y mujeres, víctimas o victimarios, al fin causa y consecuencia de la efectividad o retórica discursiva de la Procuraduría General de Justicia –PGR- despejará dudas en poco tiempo.

Al día en curso es palpable la desconfianza de la población con justificado desprecio a los organismos emanados de la política y sus actores enquistados en los estratos de gobierno. Es este el obstáculo toral de la recién nombrada fiscal de la nación, a cargo de la Procuraduría General de la República –PGR-, la licenciada Marisela Morales de 41 años e intachable desempeño en su desempeño en puestos públicos.

“Creo en la justicia y lucho por ella, por el futuro de mis hijos, de mi país y creo que las mujeres somos importantes precisamente por la lucha que siempre estamos dispuestas a enfrentar”. Así se ha expresado la licenciada Morales.

Cuenta el aval tácito de la señora Michelle Obama, esposa del presidente de los Estados Unidos, y de la secretaria de estado Hillary Clinton al otorgar, a la ahora flamante procuradora, el pasado marzo, el “Premio Internacional a las Mujeres con Coraje”.

Entre líneas políticas destaca este cambio, y no deja al margen la preocupación, al ser uno más en los múltiples ocurridos dentro del actual régimen presidencial; sólo que ahora median poco más de catorce meses para elecciones federales y en algunas entidades como Jalisco también, y 19 para la entrega de Poder Ejecutivo al sucesor de Felipe Calderón Hinojosa.

Es de dominio público el predominio de la impunidad sobre el Estado de Derecho. Sin embargo, fortaleza, carácter y capacidad no distinguen género, sino honestidad y transparencia en un desempeño tal delicado como reclamante de eficacia en tan corto tiempo. La inseguridad está en las calles de las grandes y pequeñas ciudades, cual botón de muestra de la desesperanza y en muchos casos la decepción respecto al desempeño de la autoridad.

“Orden y Progreso” como dijera don Porfirio durante gloriosos días iniciales de su mandato al que amenazaba la anarquía. Por desgracia, como en aquellos tiempos, el ciclo se cumple: miseria, división, anarquía y dictadura, ésta última como el mal menor para rescatar la tranquilidad. De ese tamaño es la parte proporcional de la Procuraduría General de la República con el imperativo adicional: entiéndase oportunidad o amenaza,  coordinación de las respectivas procuradurías de los estados del país, el Instituto Armado y los partidos políticos; todos en innegable efervescencia en nada ajena a la ambición.

Dios nos guarde de la discordia.
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