México

Educar a un país

Hace 100 años, México inició su mejor proyecto de país invirtiendo en educación

Hace 100 años, México inició su mejor proyecto de país invirtiendo en educación.

Y tuvo uno de los más importantes logros a nivel mundial, bajando el analfabetismo de 80% a 9% y subiendo el nivel educativo de toda la población.

Pero eso fue de 1910 hasta antes de los años noventa, porque hoy —y por efectos de la desatención de los últimos cuatro gobiernos— la situación para los mexicanos es muy distinta, ya que el actual Gobierno invierte sólo dos mil dólares por cada alumno de primaria, en comparación con seis mil 700 dólares que invierten los países de la OCDE; y si por ingresos se mide el tamaño del descuido, esta administración sexenal dedica a la educación 5.7%, en comparación con Chile que destina más de 6.4%, diferencia que habla de fuertes faltantes, mucho más si se sabe que, además, las políticas educativas actuales son erráticas, todo lo que revela un flaco proyecto educativo y una enorme incapacidad para generar las oportunidades que la población necesita, no se diga para la construcción del futuro del país.


Parte del problema es, sin duda, la casi inexistente visión de largo plazo para el sistema nacional de educación, como muestra —con datos de Gómez, Cuenca y Alcántara investigadores— se tiene que en el país hay 244 mil 347 planteles, de los cuales 90.1% son de educación básica y sólo 1.69% de educación superior y posgrado, pero debe decirse que de estos planteles 49.5% está en males condiciones, 36.2% en regulares y sólo 0.7% en buenas condiciones.

Del total de planteles de educación superior, 15% son financiados por el Gobierno federal, 16% son particulares, 6.4% son autónomos y 67.9% son financiados por gobiernos estatales. Si se mira con cuidado, el porcentaje de instituciones particulares sobrepasa ya a los financiados por el Gobierno federal, un fenómeno que ocurrió a partir de los años noventa, dejando claro que estas administraciones han abandonado su responsabilidad para con la población poniéndole mucho menos atención a la educación de los mexicanos que el Gobierno de Porfirio Díaz, dictador que en democracia dejó mucho que desear, pero que en materia de educación fue mucho más comprometido con el futuro del país que los actuales.

Y a lo anterior se suma que muchos gobiernos estatales, como Jalisco, siguen escatimando recursos para la educación superior, siguen dando la espalda a la población y a su futuro, evidenciando que para educar a un país hace falta que las autoridades tengan responsabilidad social y visión del futuro de país, una que hoy, en el nivel federal y estatal, está sólo centrada en intereses personales y, claro, en las siguientes elecciones.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando