México

''Duro contra el narco'', pide la ciudadanía al contingente militar

Reconocen su alto nivel de adiestramiento y capacidad para enfrentar a la delincuencia organizada

CIUDAD DE MÉXICO (17/SEP/2010).- Junto a la gala y marcialidad del desfile militar con que se conmemoró el Bicentenario de la Independencia y el inicio de los festejos por el Centenario de la Revolución Mexicana, que incluyó la presencia de contingentes de ejércitos de diversos países, las Fuerzas Especiales del Ejército y la Marina acapararon la atención de los miles de asistentes a la parada militar, por ser quienes confrontan, cara a cara, al crimen organizado.

De ellos, los soldados y marinos de las Fuerzas Especiales o grupos de élite, no se conocen ni sus nombres ni sus rostros.

Lo que se sabe y reconoció de ellos, con aplausos, vivas y arengas a su paso durante el desfile militar, fue su alto nivel de adiestramiento, su capacidad y equipamiento para confrontar a los ejércitos de sicarios y a los capos del narcotráfico.

“Duro contra el narco”, “no aflojen”, fueron algunas de las frases que se escucharon una y otra vez a lo largo del trayecto que recorrieron, por separado, los integrantes de las llamadas Fuerzas Especiales del Ejército y de la Armada.

En otro punto del recorrido en Paseo de la Reforma, a la altura del Bosque de Chapultepec, tras las vallas de seguridad la gente coreaba al unísono: “¡Acaben con el narco!”.

Desde que hicieron su aparición y durante el recorrido, las fuerzas de élite del Ejército y de la Marina se llevaron las palmas y gritos de la gente en diferentes puntos del centro de la ciudad de México y Paseo de la Reforma, incluso cuando el sol estaba en el punto más alto y el calor hacía que la gente se refugiara en sombrillas.

Algunos elementos respondieron con el pulgar de la mano derecha en lo alto y los ciudadanos se volcaron en aplausos mientras los elementos continuaban avanzando entonando frases hasta llegar al Auditorio Nacional, punto final del desfile.

El mismo grito de apoyo se repitió, aunque con menos intensidad, cuando el contingente de la Policía Federal (PF) —que desfiló por primera vez en su historia— cruzó frente a la gente llevando equipo especializado, como aviones no tripulados, camiones artillados y blindados, así como instrumental empleado para detectar y desactivar artefactos explosivos.

Lo que captó la atención de la multitud fue el maquillaje y el uniforme pixelado de los elementos de las Fuerzas Especiales. Se mostraron las versiones utilizadas en operaciones nocturnas, aéreas, marítimas, en zonas desérticas y selva.

Para aumentar la impresión que causaban, cada uno de los hombres de estos grupos portó armamento especial, como lanzagranadas, fusiles de asalto, metralletas, chalecos y cascos blindados.

Rodeado de un despliegue de seguridad cuyo control estuvo bajo el mando de elementos militares, el perímetro del Zócalo fue cerrado a la gente a las 8:20 horas. Quienes llegaron después de esa hora se vieron obligados a buscar zonas para colocarse y observar el desfile, que inició poco después de las 11:00 horas con los honores a la Bandera, las maniobras y retiro de los contingentes de militares que ocupaban la plancha del Zócalo, el sobrevuelo de cinco aviones F15 seguidos del lanzamiento de paracaidistas del Ejército y la Armada con bengalas tricolores en los pies, tras los cuales arribaron tres helicópteros de los que descendieron a rappel personal de ambas dependencias.
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