México

Deterioro político

Las evidencias de la crisis del sistema político suceden a diario en forma prácticamente incontenibles

 “Cuando ser positivo es decir no”
Las evidencias de la crisis del sistema político suceden a diario en forma prácticamente incontenibles. A cada lugar que volteemos lo que vemos es básicamente deterioro. Los miembros de la clase política, algunos lo ven y otros ni siquiera se dan por enterados pero, en todo caso, como procede en ellos, unos se proponen sin más como los salvadores del sistema, o de menos de una parte, y al lado otros lanzan afirmaciones que confirman su poco entendimiento del momento que se vive y la responsabilidad que les va en ello.

Una cara, quizá la más conocida de este deterioro, son los contantes escándalos o dimes y diretes de la clase política, que en su desesperación por mantenerse en el poder o por acceder a él, se exhiben de cuerpo entero ante los ojos de la gente. El cinismo con que lo hacen está basado en la certeza que da saberse poseedores del monopolio del poder y de la impunidad que éste les otorga. Saben que pueden hacer casi todo lo que se propongan, sin importar mucho si ello está normado por la ley. Al final de cuentas son ellos mismos los que dan la interpretación final a la norma. Quienes ocupan puestos de decisión saben que pueden cobrar grandes cantidades de dinero sin atender su función, y no pasará nada. Quizá hasta los recompensen otorgándoles otro puesto.

A pesar de ello, dentro de este creciente deterioro de su forma de hacer política y ejercer el poder, pero siempre sin asumir alguna responsabilidad, intentan distinguirse unos de otros. Quieren seguir vendiendo la idea de que no todos los políticos son iguales; que hay diferencias entre ellos, y que por lo mismo existen partidos con emblemas y banderas distintas. Por ello, aunque muchos tienen el mismo origen, o vienen de la misma cuna política, unos ven y otros no, pero en realidad ninguno asume que la gente está teniendo un desarrollo político importante. Este crecimiento político, por cierto, camina de forma destacada por caminos distintos a los institucionales. Entonces quizá no sea por apatía que las iniciativas y procesos institucionales gozan de la “indiferencia” de la gente.

Entre la clase política, la competencia, la disputa, la necesidad de presentarse como diferente reside en quien presenta las mejores ideas para seguir reproduciendo y prolongar la vida de este sistema; en quién propone las mejores vías para enderezar esta nave que hace agua y amenaza con irse a pique con ellos dentro.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando