México
Descartan falla mecánica en jet de Mouriño
Se confirmó que no se ha encontrado evidencia de alguna falla mecánica que fuera otro factor que contribuyera a este suceso”, destacó López Meyer
CIUDAD DE MÉXICO.- La hipótesis de que el aeronave Learjet 45 (LJ45) en el que viajaba el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, se estrelló debido a la turbulencia de estela del avión que le antecedía, sigue siendo la más sólida y no han surgido otras hasta el momento, informó Gilberto López Meyer, director general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), quien encabeza la investigación. Según los avances de las investigaciones no se presentaron fallas mecánicas, ni de mantenimiento.
En el jet, que partió de San Luis Potosí y que se estrelló el 4 de noviembre en la Ciudad de México, también viajaba el ex fiscal antidrogas José Luis Santiago Vasconcelos y otros funcionarios federales.
Se confirmó “que no se ha encontrado evidencia de alguna falla mecánica que fuera otro factor, a parte del que hemos mencionado de la turbulencia, que contribuyera a este suceso”, destacó López Meyer. Posteriormente aclaró que no hubo falla mecánica en los componentes ya analizados, pero aún faltan muchos por revisar, casi 50 por ciento.
“Una vez que tengamos analizados todos aquellos componentes que pudieran haber contribuido a la pérdida de control (derivada de la turbulencia) que tuvo esta aeronave entonces vamos a poder asegurar que no hay falla mecánica”.
Comentó que la grabadora de voz indica una notoria tardanza en el proceso de desaceleración de la velocidad de la aeronave por parte de los pilotos al mando, lo que fue un factor contribuyente.
En la grabación los pilotos hicieron referencia a la turbulencia que dejó un avión B767 de Mexicana de Aviación. El funcionario hizo referencia al caso del avión de US Airways que acuatizó en el Río Hundson la semana pasada, pues si bien ya se conoce que fue ocasionado por las aves que entraron en las turbinas, el protocolo de investigación obliga a descartar todas las posibilidades y concluir con la investigación, y lo mismo se tiene que hacer para este caso.
Agustín Arellano, director de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano manifestó que, de acuerdo con la primera auditoría hecha por la Organización de Aviación Civil Internacional no se encontraron indicios de errores por parte de los controladores de tránsito aéreo porque siguieron los procedimientos establecidos.
El controlador de tránsito en San Luis Potosí lo etiquetó en el radar como LJ25, pero afirmó que los controladores ya conocían perfectamente ese avión.
López Meyer reiteró que las investigaciones relacionadas con la actuación de los encargados de otorgar las licencias están a cargo de la Secretaría de la Función Pública y continúa el análisis de la labor de los pilotos por el grupo encargado de factores humanos.
La reconstrucción del avión se ha dado mediante la distribución de las piezas de acuerdo con la ubicación que debieron tener en el LJ45 y con relación al lugar en el que fueron encontrados en la zona del accidente.
En el jet, que partió de San Luis Potosí y que se estrelló el 4 de noviembre en la Ciudad de México, también viajaba el ex fiscal antidrogas José Luis Santiago Vasconcelos y otros funcionarios federales.
Se confirmó “que no se ha encontrado evidencia de alguna falla mecánica que fuera otro factor, a parte del que hemos mencionado de la turbulencia, que contribuyera a este suceso”, destacó López Meyer. Posteriormente aclaró que no hubo falla mecánica en los componentes ya analizados, pero aún faltan muchos por revisar, casi 50 por ciento.
“Una vez que tengamos analizados todos aquellos componentes que pudieran haber contribuido a la pérdida de control (derivada de la turbulencia) que tuvo esta aeronave entonces vamos a poder asegurar que no hay falla mecánica”.
Comentó que la grabadora de voz indica una notoria tardanza en el proceso de desaceleración de la velocidad de la aeronave por parte de los pilotos al mando, lo que fue un factor contribuyente.
En la grabación los pilotos hicieron referencia a la turbulencia que dejó un avión B767 de Mexicana de Aviación. El funcionario hizo referencia al caso del avión de US Airways que acuatizó en el Río Hundson la semana pasada, pues si bien ya se conoce que fue ocasionado por las aves que entraron en las turbinas, el protocolo de investigación obliga a descartar todas las posibilidades y concluir con la investigación, y lo mismo se tiene que hacer para este caso.
Agustín Arellano, director de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano manifestó que, de acuerdo con la primera auditoría hecha por la Organización de Aviación Civil Internacional no se encontraron indicios de errores por parte de los controladores de tránsito aéreo porque siguieron los procedimientos establecidos.
El controlador de tránsito en San Luis Potosí lo etiquetó en el radar como LJ25, pero afirmó que los controladores ya conocían perfectamente ese avión.
López Meyer reiteró que las investigaciones relacionadas con la actuación de los encargados de otorgar las licencias están a cargo de la Secretaría de la Función Pública y continúa el análisis de la labor de los pilotos por el grupo encargado de factores humanos.
La reconstrucción del avión se ha dado mediante la distribución de las piezas de acuerdo con la ubicación que debieron tener en el LJ45 y con relación al lugar en el que fueron encontrados en la zona del accidente.
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