México
Derecho a saber
El 3 de mayo se celebra el día de la Libertad de Prensa. La conmemoración nació hace 20 años a iniciativa de un grupo de periodistas reunidos en Windhoek
En estos 20 años el panorama social, político y mediático ha cambiado hasta volverse irreconocible. Las amenazas terroristas y sus consecuencias han significado retrocesos en la práctica del derecho a saber de las personas y de su correspondiente libertad de expresarse.
Nuestra época muestra una gran paradoja. Gracias a las tecnologías y los nuevos medios de comunicación, nuestras posibilidades de expresión han alcanzado niveles sin precedentes. Cada vez más personas pueden compartir información e intercambiar opiniones tanto dentro de los países como allende sus fronteras, es agua fresca para la creatividad, la salud de las sociedades y la participación de todos en nuevas formas de diálogo. Pero simultáneamente surgen nuevas amenazas, en medio del cambio vertiginoso que se alían con formas tradicionales de restricción imponiendo nuevos y enormes obstáculos a la libertad de expresión. Ahora cada día aparecen nuevas medidas para bloquear, filtrar y censurar la información. Esos obstáculos adoptan rasgos diferentes, pero a la postre ocultan siempre un mismo rostro: el de la violación de un derecho humano fundamental. Un ejemplo claro son las reformas en materia de seguridad nacional, lavado de dinero y otras disposiciones que terminarían limitando libertades esenciales. Es una peligrosa paradoja que grandes sectores de la población estén hoy dispuestos a sacrificar libertad por seguridad. Propiciando involuntariamente condiciones de ejercicio de poder autoritario que puede repercutir gravemente en nuestra forma de vida. Por eso, el debate respecto al derecho a saber debe ser más amplio y profundo. Y el ejercicio de las libertades más amplio en los hechos. Ahora que se fortalecen los empeños para lograr que Internet llegue a ser un recurso verdaderamente público y mundial, al que todos tengan acceso y en el que todos puedan hacer oír su voz. Queda de manifiesto la importancia de la calidad de los contenidos, y la urgencia de medidas para defender la integridad y seguridad de los periodistas digitales. Hay que trasladar al mundo de Internet todos los principios internacionales de la libertad de expresión. En el caso de México esta realidad es tan importante como delicada por la violencia ejercida.
Las violaciones de los derechos humanos fundamentales como el derecho a saber, no pueden quedar sin respuesta. Las autoridades no deben escatimar esfuerzos para combatir la impunidad y proteger la seguridad de los periodistas y de los usuarios de Internet. Nunca olvidaremos el coraje de los que pagaron con su vida nuestro derecho a saber. La mejor forma de celebrar este 3 de mayo es ejerciendo nuestro derecho a saber con curiosidad y nuestro derecho a expresarnos con responsabilidad. Elevar la voz para exigir que la lucha por la seguridad no ahogue el derecho a saber y difundir.
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