México
Democracia ¿sin derechos?
Esto no es respetar los derechos humanos de nadie, mucho menos las garantías individuales de la ciudadanía
Y en este contexto, el que este sexenio presuma de respetuoso de los derechos humanos, resulta una broma de mal gusto para quienes, hoy lastimados, lamentan la muerte de familiares inocentes. Porque en este país la población sigue a dos fuegos.
En emisiones radiofónicas, los ciudadanos entrevistados hablan de su miedo a los delincuentes, pero también de su terror a los retenes: primero, porque no saben si de verdad son retenes de las instituciones de seguridad o si son operados por delincuentes para realizar un secuestro; segundo, porque aun si son retenes del Ejército, de las distintas policías o de la Marina, cualquier inocente puede ser tratado como delincuente sin que medie prueba alguna y cualquiera puede ser baleado a discreción, sólo porque a los integrantes del retén les “pareció sospechoso”.
Esto no es respetar los derechos humanos de nadie, mucho menos las garantías individuales de la ciudadanía. Esto no es cuidar, mucho menos velar, por la seguridad de la población.
Y no es que se pida dejar la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, nada más lejos, por el contrario, hay que arreciarla, pero una cosa es el inteligente combate que pasa por atacar el “lavado” de dinero, y una muy otra es dejar a los mexicanos en tierra sin ley, donde son agredidos a mansalva sin ninguna protección, porque en esta administración, a la CNDH poco se le hace caso, como a las decisiones de organismo internacionales de defensa de los derechos humanos; un ejemplo: la negación de disculpa pública a Josefina, indígena violada por miembros del Ejército.
Un punto más para la reflexión: en Estados Unidos ya hay importantes grupos que no sólo piensan, sino que hablan de intervención, porque el actuar de este sexenio no les garantiza su seguridad.
Y este punto no es para pasarlo por alto, aunque los güeritos del Norte se hayan retractado, lo dicho en los medios es voz común de muchos legisladores del otro lado, y de ello se debe estar consciente.
De poco valen las guerras donde la primera víctima es el ciudadano inocente y la ganancia se pierde en la torpeza del amigo... De poco valen las medicinas que matan al paciente para erradicar la enfermedad.
Si este sexenio quiere pasar a la historia como uno de democracia, debe hacer cambios inteligentes que pongan el cuidado de la población y de sus derechos primero, algo que hoy no ocurre.
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