Delegado del INM acusado de lenocinio
Según las primeras declaraciones Vega Burgos recibía una cuota mensual para encubrir a quienes explotaban a las víctimas
Tras rendir su declaración en relación a las imputaciones que le hicieron unas mujeres costarricenses secuestradas a quienes se obligaba a prostituirse, al funcionario se le permitió retirarse del juzgado, aunque pasó de testigo a indiciado.
Vega Burgos rechazó las imputaciones. Dijo desconocer a las mujeres y reiteró que las acusaciones en su contra son un show político, producto de “una mente perversa de la Procuraduría de Justicia del estado.
“No tengo nada que ver con la detención de varias mujeres provenientes de Costa Rica y sus actividades”, remarcó el delegado, al referirse a las dos mujeres que desde hace tiempo trabajaban en la prostitución en un domicilio de la calle 15, de la colonia México Oriente.
Sin embargo, de acuerdo con la Procuraduría de Justicia, Raquel Ivannia Canales Acevedo y Yoheny Chávez Fonseca involucraron al delegado del INM, dependiente de la Secretaría de Gobernación, con quien incluso se les obligó a sostener relaciones sexuales.
Estaban cautivas y sólo se les permitía salir para sostener relaciones sexuales por órdenes de una mujer identificada como Keysy Johana González Corrales, quien supuestamente coordina la red de prostitución y presuntamente tenía como sus principales clientes a funcionarios estatales y federales.
Raquel Ivannia y Yoheny señalaron que supieron que el delegado del Instituto Nacional de Migración cobraba 15 mil pesos mensuales por proteger a quienes operaban esa red de prostitución con ilegales.
Las dos mujeres fueron rescatadas por elementos policiacos cuando una de ellas logró evadir la vigilancia y caminó varias calles, donde finalmente fue auxiliada por los tripulantes de una patrulla.
>En su declaración, acusaron al delegado estatal del INM, quien acudió la mañana de ayer a comparecer ante el Ministerio Público, de manera voluntaria.
Aparentemente, luego de su comparecencia Vega Burgos fue detenido por agentes judiciales, al momento en que las costarricenses Raquel Ivannia y Yoheny llegaban a la agencia.
Según las primeras declaraciones de las extranjeras, Vega Burgos recibía una cuota mensual para encubrir a quienes las explotaban, e incluso, dijeron que fueron obligadas a sostener relaciones sexuales con el delegado, entre otras cosas.
El rescate de dos jóvenes costarricenses que presuntamente eran obligadas a prostituirse en Mérida, nuevamente trae a la luz pública las actividades ilícitas de una joven mujer que controla una red de sexoservidoras que sirve a políticos, deportistas y empresarios.
Las víctimas aseguraron que la madame las obligaba a prostituirse y las mantenía privadas de su libertad desde hace varios días.
Producto de las investigaciones se detuvo a Rosa María Casanova May, quien cuidaba que las costarricenses no escaparan de su encierro.
En su declaración, la encargada de la casa de seguridad admitió que son ciertas sus denuncias y confesó que la responsable de lenocinio es Keisy González Corrales, de la que la policía desconoce su paradero.