México
Deja lección de vida
Murió 15 días después del accidente aéreo del cuatro de noviembre.
Gracias a Víctor, Josefina pudo dejar una última lección a sus dos hijos de 22 y 24 años: “Luchar hasta el final”.
Su último día de vida la pasó mirando televisión, la había pedido hace varios días, pero se la consiguieron el último. La esperanza nunca murió a pesar de las heridas, del dolor del cuerpo, de la piel hinchada y de los 20 litros de agua de los que Josefina dependía para hidratarse diario.
Fue madre soltera, pero no sólo de sus hijos Gregorio y Natalia. La vanidad era una de sus características. Todos los días pedía oler rico y que le cambiarán la frazada por una limpia en el Hospital Rubén Leñero, en el que pasó los últimos 15 días de vida luchando contra el dolor que le ocasionaba mantener 40% de su cuerpo quemado.
Murió dormida, después de media noche. Sólo les dijo a sus dos hijos y a su hermana que estaba cansada. Su respiración se debilitó hasta desaparecer. El reporte médico dice que murió por una descompensación pulmonar, su hija Natalia de 22 años, quien no se movió del hospital día y noche lo resume como una ayuda de Dios, que le quitó el dolor a su mamá.
La caída de ése jet le cambió la vida, le quitó a su mamá, pero le permitió aprenderle hasta el final. “Mi mamá nunca se venció y la capacidad de organización de mi familia fue impresionante. Todos nos apoyamos”.
Dice que las guardias y visitas nunca se le complicaron, pues afuera del hospital crearon una red de apoyo. Pudo platicar mucho con su mamá y le concedió hasta el final su último favor. Llegó hasta la funeraria con un vestido rosa y unas zapatillas plata.
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