México

¿De qué se trata cuando...?

Evidencias de que en esta realidad algo está mal o, como diría Shakespeare: algo está podrido... pero no en Dinamarca, sino en México

¿De qué se trata cuando en México se destina a las elecciones un monto mayor a 85% de lo que se dedica al combate a la pobreza, lo que hace a México el país que más recursos dirige a este rubro...?

¿De qué se trata cuando en México los altos funcionarios son los mejor pagados del mundo... cuando los ministros de la Suprema Corte de Justicia tuvieron un ingreso personal de cuatro millones 170 mil pesos, sólo en 2009, cantidad mayor de la que ganan sus iguales en Perú, Canadá, España, Alemania y aun Estados Unidos...?

Y, ¿de qué se trata cuando, al mismo tiempo, para atender a la población de México esta administración adelgaza el gasto en educación, recorta lo dedicado a salud pública de una población donde más de 60% está en pobreza y de ellos 40% pasa por pobreza alimentaria?

Evidencias de que en esta realidad algo está mal o, como diría Shakespeare: algo está podrido... pero no en Dinamarca, sino en México.

Porque no se puede manejar un país donde la mayoría es pobre con la visión trastocada de darles a los funcionarios privilegiados mayores salarios que los que tienen sus pares en países del primer mundo.

Porque nada justifica, ni la democracia —porque flaca democracia sería si requiere de semejante gasto para ser—, pagos desmedidos a cadenas televisivas que hacen su agosto cada tres años... recursos que en tiempos de gobernar se escatiman para atender, democráticamente, a la población.

Porque la ambición y falta de escrúpulos parece no tener límite, pues aun con las cifras dadas, para algunos —ya demasiados— entronizados en el funcionamiento del gobierno, ya paraestatales, ya descentralizadas, además de esos ofensivos sueldos, se dan el gusto echando su gato a retozar en el creciente mar de las corrupciones, corrupciones que aniquilan todo resquicio ético de este sexenio.

Y así, en la corrupción favorecida dentro del IMSS parece que están involucradas las enormes empresas farmacéuticas Sthendal y Novartis, además de un ex presidente de la Canifarma, un asunto de corrupción a gran escala de mucha mayor magnitud de la que se creyó en un inicio y que pone en entredicho no sólo al propio instituto, sino a muchas más instancias.

Entonces lo que queda es preguntarle a los administradores de este sexenio ¿de qué se trata? ¿De qué se trata cuando el país hace agua, el barco se mueve a la deriva de la violencia, tiene rotos los mástiles del desarrollo y al timón nacional no logran sostenerlo...?

¿De qué se trata, cuando la población está al límite y esta administración rebasa toda prudencia para llegar al agravio que lastima...?

¿De qué se trata si con los hechos se rompen los acuerdos con una ciudadanía que trata de sobrevivir entre la ofensa y la desesperación? ¿De qué se trata?
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