México
De lecturas varias
La Pasión de Cristo ha sido a lo largo de siglos poderoso tema de creación para los artistas
Como explicó en la inauguración el rector del Iteso, “el arte de nuestros siglos renacentistas y barrocos tenía como misión permitir a los habitantes de la tierra evocar, a través de sus sentidos, la existencia de una dimensión trascendente que los rebasaba. Por eso exploró con ahínco los misterios que recordamos en estas fechas: la dimensión trágica de la realidad, el sufrimiento inexplicable, el mal con sus múltiples rostros, los estertores de la agonía, la certeza de la muerte... Esas creaciones se encontraban encuadradas dentro de un programa espiritual y estético muy amplio donde adquirían una coherencia vital. Esas obras de arte se ensañaban en la representación de un horror y un sufrimiento en que llegaban a anegarse las penas individuales de cada uno de los fieles: el mar infinito del sufrimiento de Cristo atraía sobre sí todos los dolores humanos antes transmutarlos por su sacrificio en gozo y plenitud duradera. Esas obras eran el anuncio de la muerte derrotada, del dolor vencido, de la sangre rescatada”.
La Pasión de Cristo ha sido a lo largo de siglos poderoso tema de creación para los artistas. Son incontables en la música y en la literatura las composiciones inspiradas en esos pasajes evangélicos. Pero hay sobre todo dos grandísimos escritores jaliscienses que podrían muy bien acompañar la visita a esta exposición y cuya poesía merece ser recordada por estas fechas.
Así te ves mejor, crucificado.
Bien quisieras herir, pero no puedes.
Quien acertó a ponerte en ese estado
no hizo cosa mejor. Que así te quedes.
Alfredo R. Placencia, “Ciego Dios”
¡Pastores, por cobardía
me mataron mi Cordero:
fue más fuerte que mi amor
el ladrido de los perros...!
Lo condenaron a muerte
su silencio y mi silencio:
uno, silencio de amor;
otro, silencio de miedo.
Fray Asinello (P. Benjamín Sánchez Espinosa), Romancero de la Vía Dolorosa
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